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Según González Gaviola “erradicar del todo la corrupción en el PAMI es imposible”

Juan González Gaviola defiende a muerte su gestión al frente del PAMI, que comenzó en julio de 2003 como un paladín anticorrupción y concluye el 5 de enero. Dice que le deja a su sucesora, la diputada del ARI Graciela Ocaña, una obra social con superávit y transformada en la más pagadora de la Argentina. Sin embargo, admite: “La corrupción en el PAMI es imposible de erradicar totalmente”.

–¿Se fue o lo echaron elegantemente?
–(Ríe.) No... Si empezamos con este tono... Yo termino mi gestión este lunes y hay una valoración buena realizada por el Gobierno. Lo manifestó ayer el jefe de Gabinete de ministros, y me están convocando a otra tarea muy importante de la que oportunamente informará el Presidente. Tan importante como la del PAMI.
–¿Se trata de la Superintendencia de AFJP?
–Corresponde que lo diga el Presidente. Esa información no se la puedo dar yo. Ni lo afirmo ni lo desmiento.
–¿Ese lugar es una especie de embajada en el reino de los K?
–No. Y lo único que le voy a decir es que ése es un lugar tan importante como el PAMI. A las AFJP no se las controló durante años y eso fue lo que permitió que la jubilación privada se convirtiera en jubilación estatal. Mi elección no es lo cómodo, si no, hubiera aceptado la embajada que sí me ofrecieron antes de ir al PAMI.
–¿Cuál?
–La de Chile.
–Si fuera a esa superintendencia, ¿con qué expectativas asumiría?
–No sé si usted conoce mi historia política. Mi vida ha estado muy vinculada al tema jubilatorio: fui una de las personas de este país que advirtieron que el sistema de AFJP sería una estafa. Y se viene en el Gobierno nacional una reforma previsional. –¿Qué puntos oscuros quedan en el PAMI?
–¿A qué se refiere? –Corrupción. –La estructural... Recibí un PAMI que durante diez años dio déficit y le generó deudas al país por alrededor de 4.000 millones de pesos. Ahora, por primera vez no da déficit. Logramos superávit reponiendo el menú prestacional casi por completo. Ahora bien, todos los días aparecen hechos de corrupción. Quedan pendientes más de 300 sumarios de gente que estafó al PAMI con horas extra que no hizo. Todos los días aparecen tipos que roban la morfina y la venden en el mercado negro, hasta asistentes sociales que fraguan expedientes.
–¿En qué porcentaje disminuyó usted esa corrupción estructural?
–A un mínimo. La individual es imposible de erradicar totalmente.
–¿Cómo sintetiza su gestión?
–El PAMI tiene superávit. Hacía casi un mes que no les pagaba a los proveedores, y ha pagado la totalidad de la deuda. Somos la obra social que en este momento esta pagando con más prontitud, más que las prepagas. Y logramos reinstalar un montón de prestaciones que antes no se daban. Si usted entra a la página web del PAMI, hay un informe de gestión con cifras comparativas.
–Más allá de esto, ¿admite que no logró el avance esperado en la prestación de servicios?
–No, no. Nosotros estamos por encima de las expectativas que marcaba el decreto. Ahí se habla de proclamar un modelo prestacional, y ya estamos empezando a implementarlo. –¿Qué falta? –Hacerles cumplir a los prestadores lo que se comprometieron a hacer en las actas acuerdos que firmaron en los últimos meses. Y mejorar la calidad de los prestadores a través del concurso que pusimos en marcha, porque hoy estamos presos de las gerenciadoras. Ocaña tendrá que terminar este concurso. Hoy muchos quieren atender al PAMI.


Fuente: Diario Uno (Mendoza) Delia Segura



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