Interés General

Advierten niveles insuficientes de vitamina D en mujeres menopáusicas

La hipovitaminosis D es un fenómeno observado con frecuencia en personas mayores en centros urbanos. Sus niveles dependen de la exposición al sol y de la dieta y varían entre el verano y el invierno. Su deficiencia acelera la pérdida ósea. La concentración óptima oscila entre 35 y 45 ng/ml. Recomiendan incluir el dosaje de la 25 hidroxi-Vitamina D en los análisis de rutina de mujeres menopáusicas.

Por Ana María Pertierra
Una deficiencia de vitamina D no diagnosticada puede ser la causa de las alteraciones de la densitometría ósea y de los marcadores de remodelación, además del fracaso terapéutico con el uso de antirresortivos como la terapia hormonal de reemplazo y los bifosfonatos. Así lo señaló la doctora Helena Salerni, presidenta de la Sociedad Argentina de Osteoporosis (SAO) durante el IV Congreso Argentino de la Sociedad Argentina de Endocrinología Ginecológica y Reproductiva (Saegre): “Cronobiología de la mujer del siglo XXI”. La especialista, que se refirió a las opciones terapéuticas para el tratamiento y la prevención de la osteoporosis primaria en mujeres post-menopáusicas, destacó que se deben considerar medidas de índole general como las de corregir las deficiencia nutricionales que el adulto y el geronte padecen a menudo por hábitos de vida, patologías concomitantes o tratamientos de dichas patologías. Además sostuvo que, el objetivo de la intervención médica apunta a disminuir los factores de riesgo para reducir la probabilidad de fracturas.
La hipovitaminosis D es un fenómeno observado con frecuencia en personas mayores y en centros urbanos. Así lo demuestra un estudio multicéntrico hecho en la ciudad de Buenos Aires a cargo de la doctora Luisa Plantalech del sector Osteopatías Metabólicas del Servicio de Endocrinología del Hospital Italiano de esa ciudad que halló en mujeres normales mayores de 65 años niveles insuficientes de esta vitamina ( por debajo de 20 ng/ml).
La osteoporosis se define como una enfermedad esquelética sistémica que se caracteriza por una densidad ósea baja con una alteración de la micro y macro arquitectura del hueso que conlleva a la aparición de fracturas. La osteoporosis primaria es la que se relaciona con el devenir de los años siendo más afectadas las mujeres. La enfermedad, que actualmente se asume como pandemia y cuya prevalencia crecerá notoriamente en las próximas décadas en todo el mundo pero sobretodo en Asia y América Latina, depende en un 70 % de factores genéticos pero también está condicionada por factores los ambientales como el género y la nutrición.
Una forma de medir el impacto de la osteoporosis es mediante la incidencia de la fractura de cadera. Ese valor entre las mujeres casi triplica el de los varones por cada 100.000 habitantes mayores de 50 años.
Cuando la producción de estrógenos disminuye en la menopausia, el metabolismo fosfocálcico cambia significativamente con una aceleración de la pérdida de masa ósea debida a un desbalance entre la reabsoción y la formación. El resultado es el aumento de la fragilidad del hueso consecuente a una disminución de la densidad mineral y a cambios en la estructura del mismo. La evaluación del metabolismo fosfocálcico de la mujer menopáusica tendrá en cuenta tanto sus indicadores (calcio, fósforo, PTH y vitamina D) como los marcadores de formación y reabsorción.
Vitaminas y minerales
El sistema endocrino del calciferol tiene como actor principal al 1,25 dihidro vitamina D, hormona esteroidea que actúa sobre el intestino tanto por vía genómica como no genómica en la regulación de la síntesis de proteínas específicas como osteocalcina, fosfatasa alcalina,colágeno, entre otras que participan en la homeostasis del calcio. A su vez la deficiencia o insuficiencia de la vitamina determina un incremento de la parathormona (PTH) y como consecuencia un aumento del remodelado y una aceleración de la pérdida ósea.
Las necesidades diarias de vitamina D rondan las 200 UI. Sus niveles dependen de la exposición solar y del consumo de alimentos ricos en vitamina en especial de pescado y varían según sea invierno o verano.
Distintos autores difieren en cuanto a la concentración sérica óptima con valores que oscilan entre 31 y 44 ng /ml. Algunos la definen como aquella concentración de vitamina D que mantiene a la PTH sin oscilaciones entre el verano y el invierno. Sin embargo, Salerni consideró que “con concentraciones séricas entre 35 y 45 ng/ml. nos aseguramos que el paciente estará correctamente sustituido”. Y - agregó- que no existen parámetros bioquímicos aislados o en asociación que sugieran la deficiencia de la vitamina por lo que es aconsejable la valoración rutinaria de la misma o bien, de no ser posible, administrarla sistemáticamente en dosis farmacológicas.
A su vez y aunque en la Argentina no existen datos nacionales, estudios parciales demostraron un alto porcentaje de la población de distintas edades y estados fisiológicos con déficit de calcio. Encuestas dietarias también confirmaron una alta prevalencia de bajo consumo de calcio como consecuencia de ciertos hábitos alimentarios que son independientes del nivel socio-económico. Las últimas recomendaciones dietéticas de referencia señalan que los mayores de 51 años deben consumir 1.200 mg de calcio por día, con excepción de los casos de mujeres con osteoporosis, que tienen que consumir 1.500 mg. Si bien en nuestro país, la mayor parte del aporte de calcio la provee el consumo de productos lácteos que tienen mayor biodisponibilidad que los de origen vegetal, los especialistas coinciden en que el déficit nutricional muchas veces se debe a problemas económicos pero también a cuestiones culturales.
La expectativa de vida de la mujer en el siglo XXI se encuentra cercana a los 80 años de lo que se deduce que una mujer pasará más de una tercera parte de su vida en menopausia. “El tratamiento de la osteoporosis primaria se convierte entonces en un problema de la Salud Pública por las consecuencias que una fractura, sea o no de cadera, produce en la mujer y en su entorno sociocultural y económico”, concluyó Salerni.


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