Interés General

Recomendaciones de la OMS
Promueben el consumo de frutas y verduras para prevenir las enfermedades cardiovasculares y cierto tipo de cánceres

Por Ana María Pertierra

Avalada por una abrumadora evidencia científica que demuestra los beneficios de una dieta rica en minerales, vitaminas y fibras provista por las frutas y las hortalizas comenzó una campaña para promover su consumo con el objetivo de prevenir tanto las enfermedades crónicas como las cardiovasculares, la diabetes y la obesidad como el cáncer del tracto gastrointestinal.
Estudios experimentales en humanos y animales registrados por el IARC (International Agency of Research of Cancer) indicaron que los altos consumos de frutas y verduras estaban asociados con un riesgo menor de padecer cierto tipo de cáncer.
Un reciente informe de la junta de expertos en dieta, nutrición y prevención de enfermedades crónicas de la FAO/OMS recomienda el consumo de al menos 400 gramos entre frutas y verduras por día, excluyendo las papas y otros tubérculos. Siguiendo las recomendaciones de la OMS, las campañas apuntan a fijar en cinco porciones diarias de estos alimentos la dosis necesaria para la provisión de micronutrientes indispensables para la homeostasis del organismo sano.
Este programa, que ya está presente en 25 países, llegó a nuestra región a fines de 2001 en forma incipiente pero tomó más fuerza en el año 2003 bajo el lema “Consumiendo Salud”.
Uno de los enfoques de la iniciativa pretende “una militancia para el cambio de hábitos”, según lo señaló Mariano Winograd, presidente de la ONG en la Argentina que lleva el nombre de “5 al día”.
El plan fomenta el consumo de la cantidad y calidad de frutas y hortalizas suficientes y necesarias. Usando la metáfora de “un arco iris en su plato”, sugieren la importancia de incorporar una amplia variedad de productos vegetales en la dieta que incluya todos los colores de frutas y hortalizas.
Los especialistas consideran que la población más sensible a estos cambios deberá ser la de niños y adolescentes. “Los hábitos alimentarios de los adolescentes les proveen una dieta con cantidades de calcio, hierro, vitaminas A y C por debajo de las recomendadas”, destacó Marcela Leal, directora de la carrera de Licenciatura en Nutrición de la Universidad Maimónides al referirse a un reciente estudio en salud escolar hecho en la ciudad de Buenos Aires. Las cifras revelaron que el 30% de los estudiantes tenían sobrepeso o eran obesos, el 43 % no desayunaba y el 42% no consumía una cantidad aceptable de lácteos.
En el marco del foro para la estrategia global para la prevención de enfermedades crónicas no trasmisibles de la OMS, su director el doctor Pekka Puska dijo que “existe una fuerte y creciente evidencia de que el consumo suficiente de frutas y verduras ayuda a prevenir muchas enfermedades y promueve una buena salud, sin embargo gran parte de la población mundial consume muy poco”.
“Ya tenemos la evidencia científica suficiente, ahora tenemos que implementar una estrategia para promover el consumo”, enfatizó Leal y - recordó- que los patrones de alimentación saludable del adolescente marcarán las conductas en la edad adulta.
“Es indispensable una propuesta educativa para incrementar el consumo de frutas y verduras “, recalcó la nutricionista y consideró de fundamental importancia el rol de la familia y la escuela en esta propuesta. Leal comentó que en el último Congreso de Nutrición que tuvo lugar en México se observó la misma situación en los países de Latinoamérica.
A moverse
Otro tema considerado en la prevención de estas enfermedades es la actividad física. El devenir de los avances tecnológicos y de la vida moderna trajo aparejado un estilo cada vez más sedentario que unido a las dietas hipercalóricas y pobres en micronutrientes combinan una fórmula peligrosa para la salud.
Las últimas recomendaciones de los organismos internacionales señalan que con 30 minutos diarios de una actividad moderada, como caminar, 5 o más días a la semana se asegura dejar atrás al sedentarismo. Un documento de la OMS declara que “dos millones de muertes anuales en el mundo son debidas a insuficiente actividad física”.
En un plan que contempla darle batalla al sedentarismo el doctor Jorge Franchella, médico deportólogo integrante de RAFA (Red de Actividad Física de las Américas) remarcó que “la actividad física disminuye los niveles de glucosa en un diabético, aumenta los niveles de HDL colesterol, disminuye el riesgo de padecer cáncer de colon, además de reducir las tensiones y el estrés”.
La estrategia global de actividad física, dieta y salud emitida en el mes de mayo por la OMS obliga a los países miembros a trabajar activamente en estos temas y considerarlos prioritarios en la Salud Pública.

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