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Analizan el efecto del colesterol HDL sobre el riesgo cardiovascular

La fracción de colesterol que se transporta como lipoproteína de alta densidad (HDL) se considera como un componente de las lipoproteínas que tiene un efecto favorable para el sistema circulatorio. Los niveles bajos de colesterol HDL están asociados con un mayor riesgo de sufrir eventos cardiovasculares. Un informe publicado por un investigador estadounidense analiza la capacidad protectora del colesterol HDL y describe las alternativas terapéuticas que se pueden utilizar para aumentar a la fracción de lipoproteínas de alta densidad.
“Las HDL constituyen una clase heterogénea de lipoproteínas con diversas funciones y efectos antiaterogénicos. La función antiaterogénica más importante de las HDL se cree que se debe a su habilidad para realizar el transporte reverso de colesterol. Esta capacidad de transporte se produce por una serie de reacciones mediante las cuales la HDL puede interactuar con las células de la vasculatura sistémica y llevar el exceso de colesterol de vuelta al hígado para su disposición como sales biliares”, señaló el doctor Peter Toth, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Illinois (Peoria, Estados Unidos).
Las últimas recomendaciones difundidas por el Programa Nacional de Educación sobre Colesterol de los Estados Unidos (National Cholesterol Education Program o NCEP) indican que los valores de colesterol HDL menores a 40 miligramos por decilitro están asociados con un mayor riesgo de desarrollar enfermedad de las arterias coronarias. En la práctica clínica es relativamente frecuente encontrar pacientes que presentan valores bajos de colesterol HDL. Sin embargo, la aplicación de tratamientos destinados a corregir esta situación no es habitual.
Según el doctor Toth, las estrategias que podrían ayudar a mejorar los niveles de colesterol HDL se basan en el uso de medicamentos y en las modificaciones en el estilo de vida. Con respecto a los cambios en el estilo de vida se pueden considerar distintas alternativas como dejar de fumar, bajar de peso, realizar actividad física y consumir cantidades moderadas de alcohol. Por su parte, la estrategia farmacológica se basa en el uso de estatinas, fibratos y niacina.
La presencia de valores bajos de colesterol HDL se puede presentar en tres contextos distintos: colesterol HDL bajo combinado con colesterol LDL alto; colesterol HDL bajo combinado con triglicéridos altos; y colesterol HDL bajo en forma aislada. En el caso de pacientes con HDL bajo y LDL alto se puede recurrir al uso de estatinas. En los pacientes con HDL bajo y triglicéridos altos se pueden aplicar los fibratos. Por su parte, en los pacientes que presentan niveles bajos de HDL en forma aislada se debería analizar el riesgo cardiovascular por medio de la investigación de la historia familiar y el método de puntaje de Framingham.
“Los ensayos sobre el uso de estatinas demuestran que hay una reducción significativa del riesgo cuando se trata a pacientes con HDL bajo y LDL moderadamente alto (mayor a 130 miligramos por decilitro). Por su parte, los ensayos de fibrato apoyan el tratamiento de pacientes con hipertrigliciridemia y HDL bajo. En los pacientes que no tienen otros factores de riesgo además del HDL bajo, pero tienen historia familiar de enfermedad coronaria se debe considerar el tratamiento con estatinas, niacina y modificaciones del estilo de vida”, destacó el investigador en un reciente artículo publicado en la revista Circulation.
Referencia: Toth P. High-density lipoprotein and cardiovascular risk. Circulation; 109: 1809-12. (20 de abril de 2004)


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