Se presentaron en
el país dos drogas nuevas que simplifican el tratamiento.
En el mundo, 95 % de los infectados no tienen acceso al tratamiento. En
América latina la situación mejora gracias a los programas
de Brasil y la Argentina.
Por
Ana María Pertierra
Durante el 7º Simposio Internacional Sida 2004 que tuvo lugar
en Buenos Aires entre el 3 y 4 de setiembre y que reunió a 1.500
expertos de distintas disciplinas de todo el país, el doctor Pedro
Cahn, médico argentino presidente de la Fundación Huésped
recientemente designado presidente de la Sociedad Internacional de Sida
(SIS), subrayó que “es difícil pensar que estamos
ganando la batalla cuando 15.000 personas se infectan todos los días”.
El encuentro, que se realiza cada 2 años, tuvo por objeto discutir
las últimas novedades del Congreso de Tailandia y contó
con la presencia de destacados especialistas como los doctores: Julio
González Montaner (Canadá), Marcelo Wolf (Chile), Donald
Klotler (USA), Santiago Moreno (España), entre otros. Cahn comunicó
que durante la Conferencia Mundial de Sida en julio pasado hubo buenas
y malas noticias.
Entre las buenas -señaló- la importancia de contar con un
mayor número de drogas y con tratamientos más simples y
menos tóxicos. Sin embargo, -advirtió- es enorme la cantidad
de personas que no tiene acceso al tratamiento y que alcanza al 95 % de
los infectados en todo el mundo.
En referencia a la situación en América latina, el especialista
dijo que “está un poco mejor en comparación con otras
partes del mundo porque 55 % de los afectados tiene acceso a las drogas
mientras que en África sólo tiene acceso el 2 %, y en Asia,
el 3 %”.
El doctor Cahn insistió en la necesidad de que cada país
implemente una campaña de prevención para el uso del preservativo
del que “la experiencia acumulada demuestra ser lo más eficiente
para quienes no practican la abstinencia”.
En la Argentina, según Cahn, hay unas150.000 personas que viven
con HIV. “Si el 60% de ellas necesitara terapia antirretroviral,
deberíamos tener 90.000 pacientes en tratamiento, cuando tenemos
25.000”, señaló.
Nuevos fármacos
Durante este Simposio se presentaron dos nuevas drogas que prometen simplificar
el tratamiento de la enfermedad. La inclusión de estos fármacos
permitirá reducir drásticamente la ingesta diaria de pastillas
(conocida como cóctel) además de ampliar las opciones terapéuticas
disponibles en nuestro país. Tanto la enfuvirtida (T-20) como el
emtricitabina (FTC) son dos nuevos fármacos que se suman a otros
dos antiretrovirales (tenofovir y atasavir) inhibidores de procesos claves
que le permiten al virus someter al sistema inmunológico.
“Las dos drogas que se lanzan en este momento en la Argentina son
de gran valor, tanto científico como económico”, destacó
el doctor Julio González Montaner, director del Centro de Excelencia
de Sida de la Universidad de British Columbia en Vancouver (Canadá).
El especialista argentino radicado en Canadá dijo que estos fármacos
no poseen efectos adversos y se activan contra los virus resistentes a
otras drogas disponibles.
El TCB es un inhibidor de la enzima transcriptasa reversa, proteína
del virus indispensable para su reproducción, que evita que la
célula huésped sana copie la información genética
del HIV. El T-20, en cambio, es la primera droga de una nueva familia
antirretroviral: los inhibidores de la fusión, que impiden que
el virus se una a la proteína CD4 ubicada en la pared del linfocito
T.
Según los expertos hoy existen unas 20 drogas disponibles. “Esto
genera una gran complejidad de decisión para el profesional, pero
también una gran flexibilidad”, dijo Montaner. No obstante,-
agregó- los tratamientos son cada vez más caros y nos preocupa
la viabilidad económica de los programas. Los pacientes viven más
tiempo y requieren tratamiento a largo plazo.
A 23 años de su aparición, el sida ha hecho estragos y ya
acumula 20 millones de muertos y 38 millones de seropositivos.
La experiencia de los vecinos
Brasil, que en la última década se convirtió en uno
de los países de vanguardia en la lucha contra el sida, está
planificando producir el año próximo un análisis
rápido para la detección del virus HIV extrayendo una gota
de sangre del pulgar. Este método, si bien ya existe en Brasil
desde la década pasada, era inaccesible para el sistema público
del país. “Este método rápido facilita la realización
del examen en lugares alejados de los centros urbanos y si el mal es detectado,
inmediatamente se inicia el tratamiento con antirretrovirales”,
dijo Pedro Chequer coordinador del programa de Sida de Brasil.
Chequer es uno de los grandes responsables del éxito de Brasil
en la batalla contra el Sida, como quedó demostrado cuando en el
año 2000 los pronósticos internacionales les auguraban 1,2
millones de infectados y llegó a esa fecha con 600.000, cifra que
representa un 0,6 % de la población, índice similar al de
la Argentina.
Otro de los proyecto del vecino país apunta a la construcción
de una fábrica estatal de preservativos que permitirá producir
100 millones de unidades para su distribución gratuita. Por otra
parte, de los 15 medicamentos que componen el cóctel para el tratamiento
de los pacientes de Sida, Brasil produce ocho y amenaza con quebrar las
patentes de los restantes debido a los altísimos costos.
Entretanto, los voceros de la Iniciativa Internacional para la Vacuna
del Sida (IAVI, por sus siglas en inglés) en Kenya anunciaron que
uno de los ensayos más prometedores de una inmunización
contra la enfermedad finalmente falló en la fase de experimentación
con seres humanos (205 voluntarios) funcionando sólo en el 25 %
de los casos.
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