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Las políticas del FMI obstaculizan la lucha contra el sida en los países en desarrollo


Un reciente informe publicado por diversas ONG norteamericanas documenta como las restricciones al gasto público y las medidas impuestas por este organismo impiden a los países del Sur financiar iniciativas para afrontar la epidemia.
Las políticas de austeridad impuestas a los países en desarrollo por el Fondo Monetario Internacional (FMI) están socavando la lucha contra el VIH/Sida, según afirma un nuevo informe realizado por cuatro organizaciones humanitarias y que se ha hecho público días antes de la reunión anual del FMI y el Banco Mundial que se celebra el próximo fin de semana. El estudio, titulado Blocking Progress, afirma que las condiciones con las cuales el FMI acompaña sus préstamos y ayudas dificultan que los gobiernos puedan financiar los gastos necesarios para hacer frente a la epidemia, como contratación de personal de salud o compra de medicinas.
En particular, las políticas dirigidas a mantener la inflación a un nivel bajo y controlar el gasto público tienen un impacto desastroso en la capacidad de los gobiernos de proporcionar los servicios sanitarios necesarios para frenar la expasión de la epidemia y tratar a los enfermos.
“Este informe debe ser un auténtico toque de atención para todos aquellos que están preocupados por el alarmante impacto del SIDA sobre el desarrollo y la estabilidad ... y muestra el horrible precio que hemos de pagar si una rígida adhesión a la ortodoxia económica triunfa sobre el sentido común”, afirma Paul Zeit, director ejecutivo de Global AIDS Alliance, una de las ONG participantes en el estudio.
Las restricciones impuestas por el FMI impiden incluso a algunos países aceptar la ayuda que necesitan. Por ejemplo, en 2002-2003, Uganda, uno de los estados que afronta una mayor crisis a causa del SIDA, intentó rechazar una subvención de 52 millones de dólares del Fondo Global de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria porque aceptarlo podría suponer sobrepasar los límites de gasto público pactados con el organismo internacional.
La situación es especialmente preocupante en países como Kenya, donde más de 4.000 enfermeras y miles de trabajadores de la salud que, según las ONG deberían estar trabajando en la lucha contra el Sida, se encuentran en paro porque el FMI obliga al Gobierno a limitar el gasto público.
“La insistencia del FMI en su objetivo de mantener niveles de inflación muy bajos deben ser revisados”, según Rick Rowden, de ActionAid International USA.”Esta cuestión debe ser llevada al centro del debate público si queremos que alguna vez se permita a estos píaes poder incrementar el gasto en salud pública para afrontar el VIH/Sida”.
A muchos países pobres les gustaría incrementar el gasto destinado a combatir el sida, pero deciden no enfrentarse con el FMI porque saben que corren el riesgo de perder otras fuentes de ayuda exterior, según Joanne Carter, de la organización RESULTS Educational Fund, una organización centrada en combatir la tuberculosis y otras “enfermedades de la pobreza” en países del Sur.

Fuente: Canal Solidario – España



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