Los niveles elevados de triglicéridos
(TG) en adolescentes que sufren un déficit de hormona de crecimiento
(HGH) se asocian con la presencia de marcadores que aumentan la propensión
de estos pacientes a la aterosclerosis.
Así lo aseguran médicos venezolanos en la edición
de noviembre del Journal of Pediatrics, quienes analizaron a 25 adolescentes
con deficiencias de HGH y una edad promedio de 13 años. Quince
de ellos estaba bajo tratamiento de reposición hormonal y el resto
estaba sin tratar. Como control se utilizaron 15 adolescentes sanos.
El equipo dirigido por el Dr. Roberto Lanes, de la Unidad de Endocrinología
Pediátrica del Hospital de Clínicas de Caracas, ya había
demostrado que los jóvenes con déficit de HGH que no se
trataban tenían en ayuno valores más elevados de lípidos
y fibrinógeno, un precursor de los coágulos de fibrina.
Los pacientes también evidenciaban concentraciones altas de TG
después de una comida rica en grasas.
Ahora, el Dr. Lanes y sus colegas confirmaron una relación directa
entre los valores elevados de TG -en ayuno y después de comer-
en pacientes sin tratar y la elevación de distintos marcadores
inflamatorios, como la proteína C reactiva (PCR), el factor de
necrosis tumoral alfa (TNF-alfa) y la interleuquina 6. Todos estos compuestos
avivan la progresión de la aterosclerosis y condicionan el riesgo
futuro de enfermedades cardiovasculares, destacan los autores.
Los investigadores suponen que el beneficio cardiovascular del tratamiento
con HGH en estos pacientes podría estar mediado, en parte, por
su efecto depurador de los TG. Sin embargo, los valores altos de PCR,
TNF y fibrinógeno persisten aún después del tratamiento
de reposición con HGH, lo que confirma la complejidad del tema.
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