Interés General

Medicamentos gratis que curan la pobreza

Dos mil millones de pobres no acceden a medicamentos esenciales, mientras el 14% de los más ricos consumen el 80% de los remedios.

Mientras dos mil millones de pobres no acceden a medicamentos esenciales, el 14% de los más ricos consumen el 80% de los remedios del mundo. Por ese motivo, cuando los gobiernos entregan directamente medicamentos esenciales a los más pobres no sólo combaten la enfermedad sino también la pobreza.
El hambre no es el único problema de salud que afecta a los más pobres. Su contracara, la obesidad, también los afecta y está vinculada con otras enfermedades. Hace sólo un cuarto de siglo, el infarto agudo de miocardio era considerada la “patología de los ejecutivos”. Hoy son registrados con igual o mayor frecuencia en desempleados.
Lo mismo sucede con otras afecciones crónicas como diabetes y epilepsia. Puesto que casi todos esos enfermos son pobres la posibilidad de conseguir medicación gratis garantizaría no sólo un alto impacto sobre la salud de la población sino especialmente sobre la equidad en el acceso y en los resultados de salud.
Las nuevas y más adecuadas respuestas para el acceso de los más pobres a los medicamentos consisten en distribuir directamente los remedios a la población más vulnerable.
Brasil inició este camino para el tratamiento del sida. Argentina le siguió. En Chile, la Ley de Sida no lo consiguió, pero se espera que con la plena vigencia del Plan AUGE (Atención Universal de Garantías Explícitas), en mayo del 2005, habrá 56 enfermedades para cuyo tratamiento todos los chilenos tendrán acceso pleno.
En 2004, los municipios de Río de Janeiro y San Pablo incorporaron el programa Remedio en Casa que provee medicamentos para el tratamiento de las dos mayores afecciones crónicas (hipertensión arterial y diabetes) a los domicilios de los pacientes.
A su vez, Paraguay, que es el país del Cono Sur donde la población enfrenta las mayores dificultades de acceso, también se decidió a avanzar al incorporar en 2003 el Kit de partos, que garantiza los insumos a las embarazadas y recién nacidos.
La respuesta más ambiciosa fue implementada en Argentina a través del Programa Remediar que provee 56 medicamentos esenciales a todos los Centros de Atención Primaria de la Salud de cada municipio y provincia del país.
Cuando las personas consultan en los puestos de salud y se les indica un medicamento, salen del servicio no sólo con una receta en la mano sino con la medicación necesaria para el tratamiento integral de la afección y de forma enteramente gratuita.
Por un lado, las compras en escala permiten importantes ahorros. Por otro lado, en la mayoría de los países, en las áreas vulnerables siempre hay más salitas y puestos de salud que hospitales de alta complejidad y hasta que farmacias comerciales.
En el caso de Remediar, la primera evaluación de ese programa constató que la transferencia efectuada a los pacientes equivale en promedio a un 24% de su renta mensual. Y llega a representar un 41% de los más pobres que son nada menos que 71% de quienes reciben la medicación.
Por estos motivos se puede afirmar que los programas que garantizan acceso gratuito y oportuno de medicamentos esenciales a la población más pobre son verdaderos Robin Hood sociales que contribuyen a la salud redistribuyendo ingresos.

Federico Tobar. Economista de Salud (INDES-BID, San Pablo).


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