Por Ana María
Pertierra
Científicos del Centro de Investigación y
Desarrollo en Criotecnología de Alimentos (CIDCA) dependiente del
Conicet y de la Universidad de La Plata acaban de presentar en el X Congreso
de Ciencia y Tecnología de Alimentos que tuvo lugar en la ciudad
de Mar del Plata entre los días 18 y 20 de mayo un trabajo que
podría convertirse en una excelente noticia para los enfermos celíacos.
El estudio, que se abocó a considerar las propiedades reológicas
de una masa libre de gluten para la elaboración de empanadas y
tartas, constituye un aporte a la alimentación de quienes, debido
a su intolerancia genética, se ven privados de consumir cereales.
En diálogo con Faba-Informa la doctora Alicia Califano, una de
las autoras del trabajo, comentó que hasta el momento no hubo estudios
sobre la formulación de masas libres de gluten para empanadas.
La doctora Califano, adjunta de la cátedra de Diseño de
Experimentos de la Facultad de Ciencias Exactas de La Plata e investigadora
independiente del Conicet señaló que el gluten es la principal
proteína formadora de estructura en la harina que le otorga las
características elásticas y extensibles a la masa de los
panificados, de tal modo que el reemplazo de las harinas de trigo, avena,
centeno y cebada por el almidón de maíz y mandioca para
la obtención de una masa de buena calidad constituye un gran desafío
desde el punto de vista reológico.
El estudio fue diseñado para evaluar los efectos del agregado,
en distintas cantidades, de gomas guar y xantan (polisacáridos
naturales que actúan como hidrocoloides), proteínas del
suero (por su calidad nutricional), huevo deshidratado, cloruro de sodio,
aceite de girasol y agua al almidón de maíz y de mandioca.
La masa resultante se sometió al análisis de textura mediante
los tests de puntura y elongación y la medición de la dinámica
reológica con el instrumental adecuado. Del análisis estadístico
de los datos los científicos concluyeron en una formulación
con alto porcentaje de gomas y bajo contenido de agua que mostraba un
comportamiento adecuado para la producción industrial de este tipo
de masas aptas para celíacos.
Como no podía ser de otra manera, el equipo de trabajo degustó
las empanadas hechas con la masa “cocinada” en el laboratorio
y la aprobación fue unánime.
Comer sin gluten
La enfermedad celíaca es una intolerancia total y permanente a
las proteínas contenidas en el gluten del trigo, la avena, la cebada
y el centeno causada por un desorden autoinmune en personas genéticamente
susceptibles. Los autoanticuerpos producidos por los linfocitos B originan
el desarrollo de la enteropatía que produce los cambios en la mucosa
del intestino delgado que impiden la absorción de nutrientes y
que conllevan a los trastornos de la mala absorción. La atrofia
de las vellosidades intestinales que producen estos cereales puede recuperarse
retirándolos de la alimentación mediante una dieta estricta
y de por vida libre de gluten.
Según señala un informe de prensa del ministerio de salud
bonaerense, la celiaquía es la intolerancia alimentaria más
frecuente de la especie humana. Así lo demuestra un estudio de
prevalencia de la enfermedad en la población adulta, realizado
por la unidad de Soporte Nutricional y Enfermedades Malabsortivas del
Hospital San Martín de La Plata en colaboración con el Hospital
de Gastroenterología Bonorino Udaondo de la ciudad de Buenos Aires
entre 1998 y 2000, que permitió diagnosticar la celiaquía
en una de cada 167 personas sanas, 70% de ellas sin ningún tipo
de síntomas. Estos valores fueron semejantes a los de otros países
con similares patrones genéticos y de alimentación.
Sólo en la menor parte de los casos la celiaquía se presenta
a través de sus formas clásicas como diarrea, desnutrición,
distención abdominal y otras manifestaciones de las carencias alimentarias
como baja talla, falta de ácido fólico y esteatorrea. El
resto puede tener síntomas atípicos y extradigestivos como
anemia por deficiencia de hierro, esterilidad, abortos a repetición,
osteoporosis, depresión, piel seca o bien, no presentar síntomas.
El sistema inmunológico de un paciente celíaco reacciona
ante la presencia de las proteínas contenidas en el gluten -la
gliadina en el trigo, la secalina en el centeno, la hordelina en la cebada
y la avenina en la avena- generando anticuerpos contra esos componentes
y autoanticuerpos contra el propio organismo. Si bien las pruebas de laboratorio
que detectan esos anticuerpos específicos como los anticuerpos
antiendomisio y antitransglutaminasa tienen una especificidad superior
al 94%, el diagnóstico final se confirma con una biopsia del tejido
intestinal.
El pan nuestro de cada día
Si bien nuestra cultura basa su alimentación fundamentalmente en
el trigo y -esta ingesta exagerada es una de las variables que explican
la alta incidencia de esta patología en los países en los
que el pan es un nutriente crucial en la dieta (Europa y América)-,
los celíacos no lo tendrán prohibido porque el próximo
desafío para los científicos del CIDCA será lograr
una masa apta para celíacos capaz de soportar el proceso leudante
que requiere todo pan que se precie de serlo.
Y, si bien estas investigaciones se encuentran en la etapa experimental
seguramente muy pronto encontrarán eco en la industria de los panificados.
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