La respuesta al tratamiento de la hepatitis C parece
tener una base genética según los resultados de un estudio
canadiense. El papel de estos genes explicaría por qué algunos
individuos eliminan el virus que tienen en la sangre tras recibir terapia
combinada (interferón y ribavirina), mientras que en otros el patógeno
continúa presente a pesar de la medicación.
Hay más de 170 millones de personas en el mundo infectadas
por el virus de la hepatitis C. Por ahora todavía no existe una
vacuna que prevenga el contagio de la enfermedad. El tratamiento más
eficaz es la combinación del interferón pegilado y la ribavirina,
pero la tasa de respuesta al mismo no supera el 50% para los pacientes
infectados con el genotipo 1, el más frecuente, y los efectos secundarios
son frecuentes. Investigadores canadienses ha identificado un grupo de
genes cuya presencia se asocia a una mejor respuesta al tratamiento. Los
resultados del estudio han sido publicados en la revista ‘Gastroenterology’.
En el estudio participaron 51 personas, de las que 31 estaban infectadas
por el virus de la hepatitis C y 20 no tenían esta enfermedad.
De los 31 pacientes, 15 no habían respondido al tratamiento convencional
y 16 sí lo habían hecho. A todos ellos se les realizó
una biopsia de hígado y se analizaron múltiples genes para
ver si había diferencias entre los individuos que eran capaces
de eliminar el virus y los que no lo hacían.
Los investigadores han comprobado que hay 18 genes, relacionados con la
sensibilidad frente al interferón, cuya expresión difiere
claramente entre los individuos que responden a este fármaco y
los que no lo hacen. Los pacientes en los que el tratamiento funciona
tienen mayor expresión de estos genes, es decir, los tienen ‘activados’
frente a los genes de los sujetos que no responden a la terapia que están
‘inactivados’.“Nuestros resultados demuestran que un
pequeño número de genes puede predecir la respuesta al tratamiento.
Estos genes pueden ser determinantes en la capacidad que tiene el paciente
para eliminar el virus, de forma que estudiándolos tendríamos
datos que podrían ayudarnos a producir nuevos tratamientos antivirales”,
ha declarado el doctor McGilvray, autor de este estudio.
Los resultados también tendrían otra aplicación práctica:
si se pudieran identificar estos genes con facilidad se podría
dar consejo sobre la necesidad de mantener o iniciar el tratamiento frente
a la hepatitis C. Cuando la persona presentara estos genes, la terapia
debería ser más agresiva, incluso cuando el paciente tolerara
mal la medicación ya que el beneficio que va a obtener es grande.
Fuente: Diario El Mundo – España
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