Los
fosfolípidos oxidados pueden convertirse en un marcador diagnóstico
de enfermedad arterial coronaria y también en un potencial objetivo
terapéutico.
Los fosfolípidos, moléculas necesarias para la integridad
estructural de las células y de las lipoproteínas, cuando
se oxidan pueden promover la inflamación. Según se publica
recientemente en The New England Journal of Medicine la aterogenicidad
de la lipoproteína (a ) puede estar mediada en parte por los fosfolípidos
oxidados proinflamatorios asociados.
Los niveles circulantes de LDL oxidadas están estrechamente asociados
con la existencia de enfermedad coronaria documentada angiográficamente,
sobre todo en pacientes menores de 60 años. Se sabe que la lipoproteína
(a) se une a los fosfolípidos proinflamatorios oxidados. El equipo
de Sotirios Tsimikas, de la División Cardiovascular de la Universidad
de California en San Diego, ha valorado si los niveles de lipoproteínas
de baja densidad LDL oxidadas, determinados mediante el uso del anticuerpo
monoclonal E06, reflejan la presencia y extensión de la enfermedad
coronaria obstructiva, definida como una estenosis mayor del 50 por ciento
del diámetro luminal.
Para ello se midieron los niveles de las LDL oxidadas y de la lipoproteína
(a) en un total de 504 pacientes inmediatamente antes de llevar a cabo
una angiografía coronaria. Se informaron los niveles de LDL oxidadas
y el contenido de fosfolípidos oxidados por partícula de
apoproteína B-100 (cociente fosfolípidos : apoB-100).
Las mediciones del cociente fosfolípidos oxidados: apoB-100 y de
los niveles de lipoproteína (a) se encontraron desviados hacia
niveles más bajos y los valores del cociente fosfolípidos
oxidados: apo B-100 se correlacionaron estrechamente con los de la lipoproteína
(a).
En toda la cohorte, el cociente de fosfolípidos oxidados: apo B-100
y los niveles de lipoproteína Lp(a) mostraron una relación
estrecha y gradual con la presencia de enfermedad coronaria y con su extensión
(esto es, el número de vasos con una estenosis mayor del 50 % del
diámetro luminal).
En todo el grupo de estudio, la asociación del cociente fosfolípidos
oxidados : apo B-100 con enfermedad coronaria obstructiva fue independiente
de todas las medidas clínicas y lipídicas salvo una: la
lipoproteína (a). Sin embargo, en los pacientes menores de 60 años
el cociente fosfolípidos oxidados : apo B-100 seguía siendo
un factor de predicción independiente de enfermedad coronaria.
Este estudio es el primero que establece una conexión causal entre
los niveles de fosfolípidos oxidados y el riesgo de enfermedad
arterial coronaria. Si bien existían varios estudios in vitro que
apuntaban un rol determinante de los fosfolípidos oxidados en el
desarrollo de la ateroesclerosis el estudio del grupo
de Tsimikas lo constata en un grupo de pacientes.
Referencia: (N..Engl.J.Med.2005; 353:
46-57/9-11)
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