Un nuevo trabajo contribuye
a esclarecer el mecanismo por el que el VIH persiste en los pacientes
infectados aunque lleven años de tratamiento antiviral efectivo.
Estos hallazgos pueden contribuir, según los autores, a diseñar
nuevas estrategias que permitan la erradicación completa del virus.
El avance en la terapia antisida ha conseguido, gracias a la combinación
de potentes fármacos, una rápida supresión de la
capacidad de multiplicación del VIH en los pacientes. Gracias a
ello, ha mejorado drásticamente el pronóstico de esta enfermedad
que ha pasado de ser mortal a convertirse en un proceso casi crónico.
El gran problema actual, al menos para los pacientes con acceso al tratamiento,
es precisamente ese: la cronicidad. La capacidad del virus del sida para
esconderse en algunas células del organismo hace imposible por
ahora que los fármacos antivirales destruyan por completo el VIH
y curen la infección.
El virus del sida es capaz de introducir su material genético en
algunas células sin destruirlas y mantenerse dormido sin que los
fármacos ni las propias defensas del paciente puedan alcanzarle,
algo que se denomina infección latente.
El refugio más importante y más estudiado son los linfocitos
CD4, un tipo de células de defensa que el virus infecta selectivamente
y en las que es capaz de permanecer para huir de los fármacos antivirales.
El virus persiste tras nueve años de tratamiento
La investigación que ahora publica "The Lancet" ha sido
realizada de forma conjunta por los Institutos de Salud Nacionales (NIH)
de EEUU y la Universidad de Toronto (Canadá) para intentar aclarar
los mecanismos que hacen que el VIH se haga crónico a pesar del
tratamiento.
Para ello han estudiado a pacientes que llevaban más de nueve años
recibiendo terapia antiviral eficaz, demostrado por el hecho de que su
carga viral (cantidad de virus cuantificable en la sangre) era negativa.
En estos sujetos midieron el porcentaje de células CD4 que transportaban
en su interior virus con capacidad de multiplicación. En todos
los pacientes estudiados demostraron la existencia de VIH intracelular
a pesar del tratamiento, aparentemente eficaz, durante los años
previos.
Las células CD4 pueden encontrarse en estado de reposo o bien activarse
cuando se enfrentan a algún tipo de infección u otros estímulos.
Hasta ahora se pensaba que el VIH utilizaba a los CD4 en reposo como escondite
fundamental. Sin embargo, esta nueva investigación ha demostrado
que las células activadas son las que contienen la mayor parte
del virus en los pacientes que aparentemente están respondiendo
al tratamiento.
Hacia nuevas terapias
Los investigadores han demostrado que estos CD4 activados son capaces
de producir VIH de forma espontánea algo que no ocurre con los
CD4 que están en reposo. Según los autores, "el estudio
ofrece un mecanismo plausible que explica la persistencia de la infección
VIH en individuos infectados que están recibiendo tratamiento eficaz
con carga viral negativa durante años".
Según esta teoría, las células inactivas o en reposo,
serían reactivadas como consecuencia de algún estímulo
inmunológico, tales como una infección o una vacunación,
y que infectarían nuevas células CD4. Incluso existiría
la posibilidad de trasmitir el virus entre células.
De esta forma se crearía un circuito eficaz entre células
CD4 en cuyo interior sobrevive el VIH a salvo de los fármacos antivirales.
Esto explicaría el hecho de que en los pacientes que interrumpen
el tratamiento se produce una rápida reaparición del virus
en la sangre.
El presente estudio puede, según sus autores, "tener un impacto
significativo en el desarrollo de nuevas estrategias para erradicar el
VIH". Si la reactivación de los CD4 está detrás
del mecanismo de persistencia del virus, se podrían administrar
fármacos que atenuaran estas reactivaciones. De esta forma se reduciría
el contagio de CD4 no infectados a partir de las partículas virales
eliminadas por las células activas.
Fuente: El Mundo Salud - España
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