Es
el factor de transcripción ELF4 que modula la expresión
de los genes que activan a las células madre de la médula
ósea. Se lo relaciona con la recuperación sanguínea
posterior al tratamiento de radiación o quimioterapia. Un bajo
nivel del factor favorecería las recaídas en ciertas leucemias
tratadas.
H.Daniel Lacorazza
Doctor en bioquímica, profesor asistente del Laboratorio de
Inmunología del Baylor College of Medicine de Houston, Texas. Nacido
en Gualeguay, Entre Ríos, egresado de la UBA reside y trabaja en
EE.UU. desde 1992.
Un bioquímico argentino, el doctor Daniel Lacorazza, junto
a sus colegas del Baylor College of Medicine de Houston, Estados Unidos,
descubrió el mecanismo que controla el balance entre las células
madre indiferenciadas de la médula ósea y las células
sanguíneas adultas. Hasta el momento se sabía la vital importancia
de que las células madre sanguíneas permanecieran en reposo,
sin embargo se desconocía cómo lograban ese estado. El estudio,
publicado recientemente en la revista Cancer Cell, determinó que
el nivel de ELF4, un activador de genes, actuarían a modo de gatillo
para que las células madre entren en reposo.
“En nuestro estudio demostramos, en un modelo animal, que la ausencia
de ELF4 resulta en una acumulación de células madre sanguíneas
en la médula ósea que están en un estado de reposo”,
dijo Lacorazza a Faba-Informa en comunicación por correo electrónico.
Las células madre sanguíneas, que se encuentran en la médula
ósea, tienen ciertas características peculiares: pueden
dividirse sin diferenciarse, para mantener su número constante,
permanecer en un estado reposo sin dividirse ni diferenciarse (estado
quiescente), o pueden diferenciarse para generar hematíes, leucocitos
o plaquetas. Éstos procesos, que se regulan a nivel genético
y que están controlados por factores de transcripción, es
decir, por proteínas que actúan prendiendo o apagando la
expresión de dichos genes, han sido objeto de activas investigaciones.
Lacorazza explicó que la depresión inmunitaria y la anemia
que sufre un paciente sometido a la quimioterapia o a la radiación
como efecto adverso de la terapia se revierten gracias a las células
madre en reposo que en pocas semanas reponen las células destruidas.
Cuando tratamos a nuestros ratones deficientes en ELF4 con drogas usadas
en humanos como 5-fluorouracilo o bisulfán o radiación –agregó–
observamos que éstos ratones recuperan los valores normales de
células sanguíneas en médula ósea y en circulación
más rápido que los controles. Y también demostramos
que lo mismo se puede dar en células humanas al menos in vitro.
Para ello, trabajaron con células madre hematopoyéticas
obtenidas de sangre de cordón umbilical a las que sometieron experimentalmente
a bajos niveles de expresión de ELF4 y observaron que la capacidad
de división celular disminuye con la disminución de ELF4.
Con éstos datos los científicos plantearon una hipótesis
que pretende explicar el comportamiento de las células leucémicas.
Los investigadores especulan que podría haber un grupo de células
leucémicas en reposo que se comportara como lo hacen las células
madre sanguíneas de la médula ósea. De éste
modo, un nivel bajo de ELF4 sería ventajoso para ese subgrupo de
células leucémicas que escaparía al tratamiento quimioterapéutico
que sólo elimina células en activa proliferación.
Luego, si ese grupo de células madre cancerígenas sobrevive
el paciente tendría una alta probabilidad de tener una recidiva.
Estudios previos habían demostrado que los pacientes con leucemia
mieloidea aguda presentaban niveles reducidos de ELF4. En el trabajo publicado
por Lacorazza se describen los resultados de experimentos hechos en ratones
que demuestran que la ausencia de la proteína ELF4 produce la acumulación
de células madre en la médula ósea al disminuir la
capacidad de diferenciación en los distintos componentes sanguíneos.
“Sabemos por qué es vital que las células madre sanguíneas
deben permanecer en reposo pero todavía no sabemos exactamente
cómo lo logran”, dijo Lacorazza.
El EFL4 es un factor de transcripción que
prende o apaga los genes que deciden si las células madre hematopoyéticas
permanecerán en reposo o, por el contrario, comenzarán a
dividirse y diferenciarse en hematíes, leucocitos y plaquetas.
Posibilidades terapéuticas
Éstos hallazgos plantean la posibilidad de tratamientos más
efectivos así como futuras terapias para acelerar la recuperación
de quienes se someten a la quimioterapia, radioterapia o a un trasplante
de médula ósea.
“Estamos estudiando si el uso de drogas que modulen la expresión
de ELF4 podría complementar la quimioterapia convencional”,
señaló Lacorazza. Y –agregó– los tratamientos
que mantienen bajo el nivel de éste gen podrían mejorar
la recuperación hematológica de pacientes con cáncer
que estén siendo tratados con drogas que producen supresión
de células mieloides.
Para el doctor Lacorazza, bioquímico nacido en Gualeguay, Entre
Ríos, que desde 1992 trabaja en Estados Unidos y que actualmente
se desempeña en el Laboratorio de Inmunología y Patología
del Hospital de Niños del Baylor Collage of Medicine de Texas,
la inducción de niveles bajos de ELF4 sería de utilidad
para evitar recaídas en el tratamiento de ciertas leucemias. |