Autores: Balbaryski, Jeanette; Duran, Pablo; Giraudi, Vera.
Hospital General de Niños Dr. Pedro de Elizalde. Departamento Medicina.
División Inmunología Clínica. Montes de Oca 40. Ciudad
Autónoma de Buenos Aires. (1270)
E-mail: vgiraudi@buenosaires.gov.ar
Introducción
La maduración fisiológica del sistema inmune da lugar a
variaciones normales en los niveles de las inmunoglobulinas séricas
con la edad, consensuadas en los valores de referencia, mientras que durante
la respuesta inmune humoral se producen cantidades variables de anticuerpos
reactivos frente a un determinado antígeno1. Niveles modificados,
tanto por exceso o defecto en más o en menos dos desvíos
standard con respecto a los intervalos de referencia implican un disbalance
tanto en el mecanismo de producción como de pérdida de dichos
anticuerpos2. Tales alteraciones se observan en distintos tipos de inmunodeficiencias
primarias o secundarias presentes en la población pediátrica.
Entre las primeras las deficiencias predominante de anticuerpos comprenden
el 75% de todas las inmunodeficiencias primarias, encontrándose
entre ellas las distintas variedades de la agammaglobulinemia, el síndrome
de hiper IgM, la deficiencia de IgA, la deficiencia de anticuerpos con
inmunoglobulinas normales, la hipogammaglobulinemia transitoria de la
infancia, etc. Cuadros de desnutrición, infecciones agudas y crónicas,
trastornos metabólicos, enfermedades autoinmunes y proliferativas
,constituyen las causas más frecuentes de inmunodeficiencias secundarias3.
La correcta cuantificación de las inmunoglobulinas séricas
contribuye al diagnóstico de la mayoría de las enfermedades
anteriormente nombradas, pudiendo el mismo efectuarse por diferentes metodologías
analíticas como inmunodifusión radial (IDR), inmunonefelometría
o inmunoturbidimetría4,5,6,7.
El objetivo del presente trabajo fue comparar dos métodos analíticos,
uno manual y otro automatizado para la evaluación de las inmunoglobulinas
séricas en una población hospitalaria pediátrica.
Material y métodos
• Población. Se evaluaron los niveles séricos
de inmunoglobulina A,M y G en 75 niños derivados al Consultorio
de Inmunología Clínica del Hospital de Niños Dr.
Pedro de Elizalde, con edades comprendidas entre 1 mes y 15 años.
Para la inclusión en el protocolo de estudio se verificó
la presencia de una banda policlonal de amplio rango para las distintas
inmunoglobulinas en el proteinograma electroforético realizado
con anterioridad a la consulta inmunológica.
• Materiales. Solo se procesaron sueros de 67 pacientes
, pues se descartaron las muestras hemolizadas, lipémicas e ictéricas.
Las mismas fueron analizadas en forma simultánea por el mismo operador,
sembrando 5ul en cada pocillo de placas de inmunodifusión radial
para IgA, IgM e IgG. Se utilizaron dos marcas comerciales diferentes Difuplate
y Beckman. Las placas luego de sembradas fueron incubadas a temperatura
ambiente en cámara húmeda y los halos de difusión
se leyeron a las 48 horas usando un instrumento óptico graduado.
En forma simultánea se realizaron curvas con calibradores de concentraciones
conocidas para cada inmunoglobulina provistos por los fabricantes. Los
diámetros de difusión para cada muestra fueron extrapolados
a dichas curvas. A fin de validar el procedimiento operativo se procesaron
sueros controles con intervalos de concentraciones conocidos para cada
una de las inmunoglobulinas. Como criterio analítico las muestras
cuyos resultados excedieron el valor de lectura del diámetro del
calibrador de mayor concentración, se volvieron a testear realizando
las diluciones adecuadas. Las muestras que presentaron valores de inmunoglobulinas
por debajo del límite de detección de la placa se volvieron
a ensayar en placas de IDR de baja concentración.
En el estudio por nefelometría se utilizó el sistema Array
360 (Beckman) provisto de una lámpara halógena de tungsteno
de 400 a 600 nm y un ángulo de lectura de 90º. El mismo fue
calibrado de acuerdo a las especificaciones del fabricante y se procesaron
en forma simultánea las muestras y controles de niveles bajo, medio
y alto para cada inmunoglobulina.
• Estadística. Se realizó una descripción
de los valores obtenidos para las inmunoglobulinas en cada uno de los
métodos según la media (M), el desvío standard (DS)
y el índice de confianza 95% (IC 95%). Se realizó el análisis
de correlación de Pearson contrastando ambas marcas comerciales
de IDR entre sí y con la nefelometría y la fiabilidad de
ambas metodologías.
Resultados
En este trabajo se compararon a través de dos marcas comerciales
de IDR y la nefelometría los niveles de inmunoglobulinas A, M y
G en una población pediátrica.
No se observaron diferencias estadísticamente significativas en
los valores medios ni en los límites de normalidad de la distribución,
medidos como los dos DS, para cada una de las inmunoglobulinas, comparados
a través de ambas metodologías (ver
Tabla 1).
Para establecer el grado de correspondencia entre los valores de IgA,
IgM e IgG medidos por placas de IDR de dos marcas diferentes y la nefelometría,
se realizó entre ellos un análisis de correlación.
Se obtuvieron coeficientes de correlación elevados, estadísticamente
significativos en todos los casos (Ampliar
figura 1).
El análisis de fiabilidad realizado para las tres inmunoglobulinas
mostró que la consistencia interna de los datos, comparando ambas
metodologías, fue elevado y similar a lo observado en el análisis
de correlación (Ver
Tabla 2)
Discusión
Los resultados de las determinaciones analíticas realizadas en
el laboratorio pediátrico en sus distintas secciones son, a diferencia
de los adultos, producto de características propias observadas
durante el crecimiento y desarrollo del niño sumadas a la de las
posibles entidades patológicas presentes en los mismos8. La correcta
interpretación de los datos del laboratorio dependen de la disponibilidad
de rangos de referencia apropiados para la edad y desarrollo de los niños,
y tanto los métodos analíticos como el instrumental adecuado
deben ser elegidos teniendo presente las características de la
población en estudio.
En el presente trabajo se encontró en la determinación de
las distintas inmunoglobulinas una excelente correlación entre
los datos obtenidos por IDR y la nefelometría, como asimismo entre
las dos marcas comerciales de IDR ensayadas. Por otro lado, el análisis
de fiabilidad demuestra que tanto a niveles bajos, normales y altos de
IgA, IgM, IgG las metodologías ensayadas exhiben una buena coincidencia.
De todos modos la elección de la metodología implementada
queda condicionada a diversos factores técnicos como volumen de
muestra para ensayar, idoneidad del operador, precisión del instrumental
para la medición de pequeños volúmenes, tiempo mínimo
requerido en la obtención de resultados, número de muestras
procesadas diariamente, etc.. Por otro lado factores económicos
condicionantes tanto en la elección del instrumental, del personal
capacitado para su uso como de la adecuada provisión de los reactivos
necesarios, deben ser tenidos en cuenta al momento de la elección
de las metodologías no sólo en la cuantificación
de las inmunoglobulinas séricas, sino también de otra variedad
de analitos.
Tanto en las inmunodeficiencias primarias como secundarias, las correctas
evaluaciones de los niveles de IgA, IgM e IgG contribuyen al diagnóstico
adecuado de las mismas, confirmando una sospecha clínica basada
en antecedentes epidemiológicos y familiares. Es necesario, desde
el punto de vista metodológico, la instrumentación de controles
de calidad adecuados y la repetición de los datos atípicos
a través de metodologías alternativas a fin de asegurar
la confiabilidad del resultado obtenido.
La deficiencia selectiva de IgA, presente en aproximadamente 1 de 700
individuos, las distintas variedades de agammaglobulinemias y diversas
situaciones que cursan con pérdidas proteicas tales como enteropatías,
nefropatías, etc, constituyen ejemplos frecuentes de la presencia
de niveles de inmunoglobulinas muy disminuidos en la población
pediátrica9,10. Valores aumentados se observan en trastornos autoinmunes
como lupus eritematoso sistémico, artrtitis reumatoidea juvenil,
enfermedad mixta del tejido conectivo, etc. en el curso de infecciones
de tipo crónico como tuberculosis , SIDA, parasitosis, etc. todas
ellas entidades de incidencia variable en pediatría.
En la primera de las situaciones y con el fin de aumentar la sensibilidad
analítica, se deben usar placas de IDR de baja concentración,
mientras que en las segundas se deben practicar las diluciones apropiadas
a fin de optimizar los resultados. Frente a ambas situaciones la nefelometría
ajusta automáticamente la dilución a usar en función
de la concentración de la inmunoglobulina a dosar.
Consideramos que ambas metodologías son igualmente apropiadas para
el dosaje de inmunoglobulinas séricas, debiendo implementarse su
utilización de acuerdo a los requerimientos y disponibilidades
de cada centro diagnóstico.
Bibliografía
1- Arkachaisri T, Ballow M. Developmental immunology
of the newborn. Immunology and Allergy Clinics of North America . 1999;
19:253-279.
2- Clinical and Laboratory Immunology Committee of the
American Academy of Allergy, Asthma and Immnunology Members, Shearer WT,
Buckley RH, et al. Practice parameters for the diagnosis and management
of immunodeficiency. Ann Allergy Asthma Immnunol.
1996;76:282-294.
3- Sorensen R, Moore C. Sindromes de deficiencias de
anticuerpos. Clínicas Pediátricas de Norteamérica.
2000; 6:1259-1286.
4- Reimer Ch, Maddison S. Standarizatión of human
immunoglobulin quantitation. A review of current status and problems.
Clinical Chemistry. 1976;5:577-582.
5- Peracino A. Inmunoturbidimetría e inmunonefelometría
para la evaluación cuantitativa de las proteínas plasmáticas.
Acta Bioquímica Clínica Latinoamericana. 1981;1:75-83.
6- Virella G, Fudenberg H.Comparison of Immnunoglobulin
determinations in pathological sera by radial immunodiffusion and laser
nephelometry. Clinical Chemistry.
1979;10:1925-1928.
7- Bovone N, Cabral G. Comparación de la cuantificación
de inmunoglobulinas por inmunodifusión radial con nefelometría
automatizada. Rev. ABA . 1992;3:79-81.
8- Sorensen R, Moore C. Immunology in the pediatrician’s
office. Pediatr Clin North Am. 1994;41:691-714.
9- Report of an IUIS Scientific Committee. Primary immunodeficiency
diseases. Clin Exp Immunol.
1999;118:1-28.
10- Javier F, Moore C, Sorensen R. Distribution of primary
immunodeficiency diseases diagnosed in a pediatric tertiary hospital.
Ann Allergy Asthma. Immunol.
2000;84:25-30.
|