La
detección de alteraciones en la concentración de las enzimas
hepáticas es un hallazgo de laboratorio que puede señalar
la presencia de diversas patologías. Un grupo de científicos
italianos publicó un trabajo de revisión que describe las
diversas situaciones clínicas que producen alteraciones en las
enzimas hepáticas.
"La alteración aislada de los marcadores bioquímicos
de daño hepático en un paciente aparentemente sano representa
un desafío para el médico. Estos hallazgos usualmente conducen
a la realización de otros tests y consultas con especialistas que
pueden ser innecesarias" señaló el doctor Edoardo Giannini,
del Departamento de Medicina Interna de la Universidad de Génova
(Italia).
Los indicadores bioquímicos relacionados con la función
hepática incluyen a la aspartato aminotransferasa (AST), la alanina
aminotransferasa (ALT), la fosfatasa alcalina (ALP), la gamma glutamil
transpeptidasa (GGT) y la bilirrubina. Las aminotransferasas (ALT y AST)
se consideran como indicadores relacionados con el daño hepatocelular.
Por su parte, la ALP, la GGT y la bilirrubina se consideran como indicadores
relacionados con la colestasis.
Los aumentos de aminotransferasas (AST y ALT) se clasifican como leves
(menos de 5 veces el valor del límite superior de referencia),
moderados (entre 5 y 10 veces el valor del límite superior de referencia)
y altos (más de 10 veces el valor del límite superior de
referencia). Los cambios moderados y altos de aminotransferasas sugieren
la presencia de diversos trastornos hepáticos como la injuiria
isquémica, la injuria tóxica, la hepatitis viral aguda,
la obstrucción biliar aguda y la hepatitis alcohólica. Cada
uno de estos trastornos tiene un perfil bioquímico particular.
En la injuria de origen isquémico se observa un aumento marcado
de aminotransferasas (de más de 10 veces a más de 50 veces
el valor del límite superior de referencia) y un leve aumento de
bilirrubina (menos de 5 veces el valor del límite superior de referencia).
El aumento de AST es mayor que el de ALT. Además se observa un
rápida caída del nivel de aminotransferasas luego del pico
de concentración. En los pacientes con daño isquémico
del hígado también se observa un aumento de la enzima lactato
deshidrogenasa (LDH).
En el caso de la injuria tóxica se observa un aumento de aminotransferasas
(más de 10 veces el límite superior de referencia), un leve
aumento de bilirrubina (menos de 5 veces el límite superior de
referencia) y un patrón de alteración enzimática
similar al de la injuria isquémica. La investigación de
la historia del paciente y el consumo de fármacos puede sugerir
la presencia de una injuria hepática de origen tóxico.
En pacientes con hepatitis viral aguda se observa aumento moderado o alto
de aminotransferasas (entre 5 y 10 veces o más de 10 veces el límite
superior de referencia) y un aumento moderado de bilirrubina (entre 5
y 10 veces el límite superior de referencia). La disminución
del nivel de aminotransferasas se produce en forma lenta. Por otra parte,
los pacientes pueden presentar factores de riesgo que sugieran la presencia
de infección.
En la obstrucción biliar aguda se observa aumento de aminotransferasas
y aumento de bilirrubina. La presencia de síntomas (dolor biliar)
y los estudios de ultrasonido ayudan a establecer el diagnóstico.
En el caso de la hepatitis alcohólica se observa aumento moderado
de aminotransferasas y aumento moderado o alto de bilirrubina. La relación
entre aminotransferasas (relación AST/ALT) puede ser mayor a 2.
Los aumentos leves de aminotransferasas (menos de 5 veces el límite
superior de referencia) constituyen la alteración bioquímica
más frecuente que se encuentra en la práctica cotidiana.
Durante la investigación de los aumentos leves de aminotransferasas
se debe tener en cuenta al consumo de alcohol y al consumo de medicamentos.
También se debe considerar la presencia de diversas enfermedades
como la hepatitis viral, la hemocromatosis hereditaria, la hepatitis autoinmune,
la enfermedad de Wilson (acumulación de cobre en el hígado),
la deficiencia de alfa 1 antitripsina, la enfermedad celíaca y
la enfermedad de hígado graso no alcohólico.
Con respecto al perfil bioquímico asociado con la colestasis, los
científicos destacaron la importancia de tres indicadores bioquímicos:
la fosfatasa alcalina (ALP), la gamma glutamil transpeptidasa (GGT) y
la bilirrubina. Por otra parte, los especialistas señalaron que
la albúmina y el tiempo de protrombina son indicadores que se pueden
considerar como herramientas útiles para la evaluación de
la función hepática.
"El conocimiento sobre la patofisiología de las enzimas hepáticas
es una guía esencial para comprender su alteración. El patrón
de la anormalidad de las enzimas, interpretado en el contexto de las características
del paciente, puede ayudar en el trabajo de diagnóstico. La atención
sobre la prevalencia de determinadas enfermedades hepáticas en
poblaciones específicas y el posible efecto sobre el hígado
de las enfermedades sistémicas o la terapia con drogas puede ayudar
al médico a identificar las causas de la alteración en forma
eficiente", concluyeron los autores en un reciente informe publicado
en la revista Canadian Medical Association Journal.
Referencia:
Giannini E, et al. Liver enzyme alteration:
A guide for clinicians. Canadian Medical Association Journal; 172 (3):
367-79. (1 de febrero de 2005) |