Coordinación
General de Evaluación Epidemiológica de Programas
de Atención de FABA
Las distintas variantes de sistemas de salud
Los profesionales del sector privado tienen
un papel que cumplir en un sistema estatal integrado con la salud
como derecho inalienable
Según Milton Terris, existen
tres modelos básicos para diseñar sistemas de salud
(excluyendo la atención privada): a) Asistencia Pública,
b) Seguro de Salud y c) Servicio Nacional Integrado de Salud. Con
estas tres variantes "puras" se pueden realizar infinidad
de combinaciones con las cuales se obtendrán sistemas de
salud de acuerdo a la realidad histórico-social de cada país
o, como en Argentina, fruto de intereses minoritarios ajenos a la
salud. Posteriormente M. Roemers ha ampliado esas variantes, pero
en lo sustancial la visión de Terris parece acertada
El modelo de Asistencia Pública
Es el más atrasado. Consiste en un servicio destinado a los
indigentes que son atendidos en establecimientos del gobierno o
sostenidos por instituciones de beneficencia. La atención
médica es considerada una caridad hacia el necesitado y no
un derecho de éste. Desde esta concepción, cuando
es financiado por los gobiernos, el presupuesto es siempre escaso.
Dice Terris: "como los sueldos son bajos, los profesionales
tratan de mejorar sus ingresos con otros trabajos o con la práctica
privada. Así el servicio que en teoría es de tiempo
completo, a menudo se limita a medio tiempo".
Este modelo no condice con los avances de la medicina. Aparte de
lo humillante de tener que demostrar indigencia para ser atendido,
cuando la medicina tenía escaso desarrollo podían
encontrarse indigentes para todo el escaso arsenal médico
conocido. Pero hoy habría indigentes para toda atención
y también otros que, aunque pudieran pagar una atención
sencilla, tal vez no puedan abonar una intervención quirúrgica
o un medicamento imprescindibles para seguir viviendo. Además,
aquí sólo se habla de curación. No hay prevención
de la enfermedad ni promoción de la salud.
Poco le costará al lector advertir que algo de lo descripto
ocurre en nuestro país y notará que, muchas veces,
modelos calificados como "seguros de salud" son en realidad
sistemas de atención para "pobres", altamente reducidos
en sus objetivos.
< "Existen dos concepciones
en la medicina de nuestro país: Una consiste en hacer
lo que se necesita y lo que no se necesita, a quien lo necesite
y a quien no lo necesite, siempre y cuando lo pueda pagar,
pero con ingresos miserables para la mayoría de quienes
trabajan en salud.
La otra consiste en hacer lo necesario a quien lo necesite,
lo pueda o no lo pueda pagar, y con ingresos dignos para quienes
trabajan en salud."
Dr. Ramón
A. de Torres. Profesor emérito de la Facultad de Farmacia
y Bioquímica de la UBA
< "La salud es una condición
vital, plena. No se puede vivir plenamente cuando el trabajo
es una carga, la casa una cueva y la salud, sólo una
prestación"
Dr. Ramón Carrillo.
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El modelo de Seguro de Salud
El verdadero Seguro de Salud es más moderno que el anterior.
Comprende una gran variedad de estructuras. Intenta cubrir igualitariamente
a la población incluida y desaparece el concepto de indigente.
Su financiación se produce de manera variada: a) por un monto
fijo periódico de los beneficiarios; b) por un monto proporcional
al sueldo de los beneficiarios; c) por un monto pagado por el beneficiario
y el empleador; d) por un monto abonado sólo por el empleador,
que aparece como un salario indirecto; e) lo anterior más
fondos gubernamentales. En la serie presentada se observa que los
últimos dan mejores resultados que los primeros. El Seguro
puede cubrir al beneficiario o también a su familia. Puede
ser voluntario u obligatorio. El lector advertirá que el
subsector de Obras Sociales y Prepagas argentino presenta características
similares a las de las formas más atrasadas descriptas. Librado
al aporte de los beneficiarios, con aportes empresariales limitados
y con un alto porcentaje de trabajo "en negro", el sector
argentino de Obras Sociales subsiste en una crisis crónica.
En cambio, en los ejemplos más avanzados de este modelo,
el porcentaje de retención salarial, cuando se lo hace, es
exiguo (0,3% a 0,8%) y la parte más importante se cubre con
fondos gubernamentales. Otras veces el sistema es totalmente financiado
por el Estado y los asalariados no sufren descuentos de su sueldo
para recibir atención. La experiencia mundial demuestra que:
a) Si el Seguro funciona únicamente con el aporte del
beneficiario, sin subsidio estatal, resulta tan caro para el asegurado
que sólo un pequeño porcentaje de la población
(tanto menor cuanto menores sean los ingresos) puede tener acceso
a él. Además se produce un deterioro permanente de
los servicios y de los ingresos de los técnicos y profesionales.
b) Sólo con subsidio estatal se puede cubrir un porcentaje
alto de la población. Pero le será necesario tener,
al menos, una infraestructura propia para las prestaciones más
caras o para las no redituables al sector privado, con el objeto
de mantener la atención y encarar múltiples tareas
de promoción de la salud que suelen ser de carácter
socio-económico y no médico. En la Argentina la generalización
del sistema de Obras Sociales unido al retroceso de la responsabilidad
estatal en salud, aunque al principio favoreció el crecimiento
del sector privado, pronto devino en la división de éste
en un sector de grandes prestadores minoritarios que crecieron en
detrimento de los medianos y pequeños prestadores. La crisis
económica periódica de nuestro país desfinanció
al sistema y arrastró a todo el sector privado terminando
con la ilusión del enriquecimiento infinito de unos pocos
a expensas de la desaparición de la mayoría (ilusión
que no obstante vuelve a renacer de tiempo en tiempo).
El modelo de Servicio Nacional Integrado de
Salud
Implica un sistema financiado enteramente por presupuesto estatal,
que reconoce a la salud como un derecho inalienable de todo habitante.
El acceso es gratuito e igualitario a toda la población y
no sólo incluye la curación de la enfermedad sino
también la prevención y la promoción de la
salud. La atención se basará en la Estrategia de Atención
Primaria de Salud postulada por la OMS, con estructuras de distinto
nivel de complejidad y una red de Centros Periféricos de
Salud, todo ello bajo dirección, control y supervisión
de los mismos usuarios a través de órganos específicos,
eliminando todo tipo de intermediación de grupos financieros
en el acto de salud. El Estado es el eje fundamental del sistema,
su sostén y su rector.
El profesional independiente y el pequeño
y mediano prestador privado
Los proyectos sanitarios neoliberales practicados en Argentina,
aunque postularon una medicina empresarial, no favorecieron a los
profesionales que ejercen su actividad en forma privada (en tiempo
total o parcial) ni a los pequeños y medianos prestadores,
en su mayoría PYMES. A la hora de la verdad, los que creyeron
en esos proyectos se vieron defraudados. Es que esa concepción
neoliberal privatista era para beneficio de un puñado de
grandes monopolios, no para PYMES. La reciente crisis terminó
con la ilusión de los pocos egoístas que soñaban
con enriquecerse ellos solos a expensas de la desaparición
de la inmensa mayoría y difundían para eso la teoría
de que sobraban profesionales. Hoy los pequeños y medianos
prestadores piden una regulación estatal de aranceles, porque
la desregulación neoliberal significó retribuciones
de miseria. Los ingresos de la mayoría de los bioquímicos
están por debajo de lo que les correspondería si estuviesen
incluidos en el convenio del sindicato de los camioneros.
Salud para todos, con todos
El sistema de salud que necesita Argentina debe asegurar el acceso
a la salud para todos y dar a todos los técnicos y profesionales
un lugar en él. No se deben repetir los mecanismos de exclusión
de las últimas décadas, donde una mayoría de
la población no tiene acceso a la salud y sin embargo el
profesional vive con ingresos exiguos, con miedo a quedar sin trabajo
o a ser expulsado del sistema como si "sobrara".
Habida cuenta de la necesidad de una atención próxima
y oportuna cercana a los lugares de trabajo y vivienda de la población,
los profesionales independientes y los pequeños y medianos
prestadores, que también son parte de los sectores interesados
en una Argentina Independiente y Democrática, podrían
integrarse al mismo con sus instalaciones privadas, con formas de
asociación voluntaria, supeditándose a la política
sanitaria fijada por el Estado democráticamente. Podrían
hacerlo individualmente o a través de sus estructuras gremiales
o científicas. Esto significaría trabajo para ellos,
sobre todo en el caso del profesional independiente que es, muchas
veces simultáneamente, asalariado del Estado, prestador del
sistema de Obras Sociales y prestador privado.
Los planificadores sanitarios y los funcionarios suelen hacer sus
planes como si no hubiera urgencias. Pero las necesidades de salud
del pueblo deben ser resueltas ya. En estas condiciones, y careciendo
el Estado de muchas de las estructuras necesarias, es posible la
integración de médicos, bioquímicos, odontólogos,
farmacéuticos, etc., con formas particulares de relación
(reconocidas como antecedente de la carrera médico - hospitalaria)
para que se incorporen al servicio público, atendiendo pacientes
de una zona determinada, en sus consultorios y establecimientos
particulares. Médicos y odontólogos que atiendan en
sus consultorios a los habitantes de una zona próxima. O
farmacéuticos que dispensen en sus farmacias unipersonales
los medicamentos de fabricación estatal y bioquímicos
que realicen análisis por una cápita asignada, por
un ingreso digno, asociando sus pequeños establecimientos
privados a la estructura estatal, haciendo las veces de centros
de atención primaria.
Lo mismo vale para el Sector de Obras Sociales: surgieron como una
respuesta a la carencia de una medicina pública y serán
sus legítimos dueños, los trabajadores, los que decidirán
que hacer con ellas cuando esa medicina exista, incluyendo formas
de incorporación voluntaria al Sistema Nacional descripto.
Lo anterior hace necesarios aumentos en los presupuestos sanitarios
a todo nivel. Hay debate sobre si se disminuyó el dinero
que aporta el Estado al sistema público de salud. Algunos
sostienen que se mantuvo a igual nivel. Sin embargo, aún
admitiendo que se gasta lo mismo, la demanda de atención
ha aumentado exponencialmente por lo que, con el mismo dinero, no
existen fondos para una atención incrementada por la población
sin cobertura.
Es posible que alguien piense en la imposibilidad económica
de lo anterior; no obstante con sólo 1.300 millones de pesos
anuales se puede crear un sistema de atención primaria, que
tenga 35.000 médicos a cargo de grupos de población
de 1.000 personas (con un salario de 3.000 pesos).
El problema de salud en Argentina no es un problema económico.
Es un problema político. Es preciso ejecutar las medidas
necesarias porque va en ello la vida de millones de personas. Como
escribió George Rosen en su libro De la Policía Médica
a la Medicina Social: "Que la ciencia y los conocimientos médicos
se apliquen o no al examen de los problemas de salud y como lo hagan
depende, con no poca frecuencia, más de los intereses y de
la ideología de los grupos más poderosos que de la
vigencia en el sentido médico o científico.
Bibliografia
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argentina en el siglo XX. Instituciones y procesos. Bs.As.: Siglo
XXI Editores Argentina; 2005.
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Prometeo libros; 2006.
5. Micucci, HA. Reflexiones críticas al modelo de salud.
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6. Roemer, M. Perspectiva mundial de los sistemas de salud. México:
Editorial Siglo XXI; 1980.
7. Rosen, G. De la policía médica a la medicina social.
México: Editorial Siglo XXI; 1985.
8. Terris, M. La revolución epidemiológica y la medicina
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9. Torres, R. Mitos y realidades de las obras sociales. Bs. As.:
Ediciones ISALUD; 2004.
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