Se adoptarían medidas con algunas obras sociales
Se analiza los pasos a dar con aquellas mutuales que en lo que va del año no han reconocido ninguna mejora arancelaria.
Al cierre de la presente edición de FABA Informa, la Federación Bioquímica analizaba la situación en la que se encuentran algunas obras sociales que, pese a los insistentes reclamos que se vienen llevando a cabo, no han reconocido mejora arancelaria alguna en lo que va del corriente año.
Se trata de pasos que a nadie le gustaría dar, pero en algunos casos se adoptarían medidas concretas, una de las cuales podría llegar a ser el dejar de reconocer a los afiliados de ciertas obras sociales la cobertura de las determinaciones más costosas.
Como se sabe, la conducción de la Federación Bioquímica, de manera permanente lleva adelante gestiones con obras sociales sindicales y oficiales y empresas de medicina prepaga en pos de mejorar las retribuciones profesionales.
Esto se ha hecho de manera más intensa durante la segunda mitad de este año, debido a que desde agosto los trabajadores del gremio de la Sanidad, al que están afiliados los empleados de los laboratorios bioquímicos, han obtenido una mejora salarial que los profesionales tenemos que enfrentar, para lo cual se buscan fondos genuinos que provengan, lógicamente como en el pasado, del propio sistema de seguridad social.
Empero y a diferencia de anteriores ocasiones de similares características, la Superintendencia de Servicios Sociales ni siquiera sugirió a las mutuales bajo su órbita, más que nada las de origen sindical, que reconocieran aumentos a los profesionales para que éstos a su vez pudieran pagar las mejoras salariales a sus trabajadores.
Así las cosas, y sin el más leve respaldo gubernamental, la Federación Bioquímica gestiona denodadamente esas mejoras.
Hasta el momento, las respuestas de las diversas obras sociales han sido muy diversas y heterogéneas.
Unas pocas han respondido a los reclamos de FABA de manera positiva y con distintos guarismos.
Otras en cambio, estiran las negociaciones, prometen mejoras para un futuro que no definen e incluso están las que niegan la posibilidad de reconocer alguna mejora arancelaria.
Mientras tanto, demás está decir, los gastos e insumos del laboratorio bioquímico siguen ascendiendo. De ese modo, un grupo de obras sociales que mantienen congelados sus aranceles desde el año pasado, no alcanzan a cubrir los gastos que ocasionan ciertas prestaciones.
Como los bioquímicos no seguirán financiando a un sistema en cuyo marco el gran ausente es el gobierno nacional, es que al entrar a imprenta esta edición de FABA Informa se terminaban de definir los pasos a seguir, se insiste, con aquellas obras sociales que no han dado mejoras en 2009.
Accesibilidad restringida
La situación que se plantea sigue dificultando la accesibilidad de la población a la Salud, incluso de aquellos sectores que cuentan con cobertura de obra social.
Pero para colmo de males, el sistema público no brinda las respuestas que serían las deseadas.
En nuestra provincia, como se consignó en la anterior edición de FABA Informa, virtualmente el gobierno de Daniel Scioli, ha dejado caer el Seguro Público de Salud que con tanto éxito se venía desplegando desde hace una década, integrando a su vez los sistemas de salud público y privado en el ámbito bonaerense.
A eso hay que sumarle, a nivel nacional, la merma en la cantidad de camas en hospitales que se viene registrando según un estudio privado realizado en los últimos meses y cuyos resultados se acaban de conocer.
Según esa investigación, la población argentina pasó de 32 millones en 1991 a más de 40 millones en la actualidad, pero la cantidad de camas disponibles en centros sanitarios sigue siendo casi la misma, unas 90 mil, lo cual refleja parte de la crisis en la infraestructura hospitalaria y las demoras para concretar intervenciones quirúrgicas o internaciones programadas.
El mismo estudio destaca que en el país se reciben más de 100 millones de consultas anuales en hospitales y centros de salud, pero no hay respuesta para todas, ya que los problemas presupuestarios y el encarecimiento en los costos de los insumos pusieron al sistema en una encrucijada.
El trabajo explica que los centros hospitalarios de la Argentina pasaron así a ser de "cama caliente", es decir que sale un paciente y arriba otro. Esta situación, incluso, se daría tanto en los centros de internación privados más costosos cómo en los hospitales del interior del país.
"Cuando los pacientes no encuentran cama, se los mantiene en la guardia o se los deriva a otros hospitales, con el consiguiente trastorno para la gente y para el centro sanitario", precisa el informe.
Largas colas, saturación de pacientes, estado edilicio deteriorado, falta de insumos y aparatología en malas condiciones y con mantenimiento deficiente, son los síntomas actuales de algunos centros sanitarios, relegados ante otros problemas que los llevaron a deteriorar sus prestaciones, señala el estudio.
"Sólo el sistema de salud pública de la provincia de Buenos Aires, con 14 millones de habitantes, debe atender más de 45 millones de consultas anuales, en tanto que en Capital Federal, con una población de 3 millones, se originan casi 10 millones de consultas, llegando en ambos casi a la saturación", apunta el trabajo.
"La atención médica en una estructura hospitalaria rebasada -que no logra hacer frente a la superpoblación de pacientes- es un fenómeno potenciado en el Gran Buenos Aires, donde ya se concentran unas 9 millones de personas. Por ello, muchos habitantes del conurbano bonaerense optaron por atenderse en hospitales públicos porteños, donde aproximadamente el 35 por ciento de los pacientes procede del Gran Buenos Aires", se señaló.
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