Novedoso dispositivo desarrollado en Argentina
Piedra libre para el nitroxilo
El Comité de Redacción de Acta Bioquímica Clínica Latinoamericana ha seleccionado este artículo publicado en la revista EXACTAmente – Año 24 – Nº 62 - julio 2017, pp. 32-33, para su difusión a través de FABAInforma
• Un bastón de oro de un milímetro de diámetro es el sensor delnitroxilo. Foto: Gentileza Fabio Doctorovich.
Introducción
Desde que se conoce su existencia, ella nunca fue fácil. Era la escurridiza, la esquiva. Casi imposible de ubicar. Tan reactiva que se descomponía sin necesidad de nada, se bastaba a sí misma. Por años, fue la hermana menor de una familia protagonista de distintos premios, como el Nobel de Medicina de 1998. Pero ella permaneció opacada por décadas. Casi no tenía vida propia. No se podía saber a ciencia cierta en qué andaba, ni con quiénes, ni qué hacía.
De composición sencilla: tres átomos, hidrógeno, nitrógeno y oxígeno. HNO es su nomenclatura química, o también llamada nitroxilo. Una molécula de aspecto simple, pero que por años resultó imposible de atrapar con métodos directos. Conocer su vida segundo a segundo parecía una tarea imposible. Pero sus secretos ya no podrán escabullirse más. Ahora, un detector hecho en la Argentina logró medir, en vivo y en directo, sus movidas, cambios y ubicación momento a momento, como en un reality.
Se trata del sensor de nitroxilo que fue galardonado con el Premio Innovar 2016 en la categoria “Nuevas tecnologías en Investigación Científica”. “El sensor electroquírnico de HNO permite estudiar esta molécula muy reactiva, que tiene efectos cardiovasculares terapéuticos. El avance en el estudio de este compuesto permitirá, en el futuro, prevenir infartos e isquernias”, señalaron desde el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación al mencionar el proyecto.
En la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, la alegría por el galardón es fácil de hallar en Fabio Doctorovich, a cargo del equipo integrado por Marcelo Martí, Sebastián Suárez, Mariana Hamer, Martina Muñoz, Irene Rezzano y Fernando Battaglini.
Más de quince años de estudio, que comenzaron con un aparato similar a una caja de zapatos de 25 centímetros de largo por 20 centímetros de ancho, hasta llegar hoy a alcanzar el tamaño de una calculadora o celular que se conecta a una computadora. El sensor en sí es un pequeño bastón de oro que logró miniaturizarse tanto que tiene un diámetro de un milímetro, y ya lo han introducido con éxito en el torrente sanguíneo de animales, como ratas de laboratorio.
En la última edición del Premio Innovar, en la categoría “Nuevas tecnologías en Investigación Científica” el premio fue para el sensor de nitroxilo, un instrumento que ayuda al desarrollo de fármacos para prevenir o tratar trastornos cardiovasculares como infartos e isquemias.
“Este sensor es el primero a nivel mundial que mide el HNO electroquímicamente en sangre. Es el único que puede hacerlo en tiempo real, y monitorearlo en todo momento”, subraya Doctorovich, investigador en el Instituto de Química Física de los Materiales, Medio Ambiente y Energía (lNQUlMAE, UBA-CONICET) y profesor en Exactas-UBA. Esta ventaja exclusiva que lo hace distinto a otros detectores indirectos existentes, fue lo que llamó la atención de investigadores del mundo en busca de desarrollar un fármaco con nitroxilo para dolencias cardíacas.
“Recibimos un mail del laboratorio Cardioxyl, de Estados Unidos, que estaba probando una medicación preventiva de infarto con nitroxilo. La FDA (la agencia norteamericana responsable de regular alimentos y fármacos) le exigía mediciones del HNO en el organismo. Por eso pensaban que nuestro sensor podía servirles para su investigación pues era el único que mide la concentración real”, relata Martí.
Tras viajes e intercambios, el sensor fue utilizado en el desarrollo de fármacos para la prevención del infarto. “Se debe pasar por cuatro fases para la aprobación de una droga por la FDA. Cuando nosotros intervenimos, ellos estaban en la fase 2, y luego pasaron a la 3, en parte gracias a nuestro trabajo”, indica Suárez.
Parecidos y confundidos
Desde hace años, el equipo argentino quería distinguir el nitroxilo, de otro compuesto muy parecido y famoso, el óxido nítrico (NO), del cual ya se conocían sus virtudes para tratar problemas cardiovasculares. Es más, el óxido nítrico había sido nombrado la molécula del año 1992, y tres científicos norteamericanos se llevaron el Nobel de Medicina en 1998 por comprender su rol en la fisiología humana. “A fines de los 80 y 90, el NO era la estrella. En tanto, el HNO era como el hermano menor. El tema es que el óxido nítrico es más estable y eso permite verlo. El otro es muy reactivo, e incluso reacciona consigo mismo. Resultaba inasible”, historia Martí. “Recién a principios del 2000 se empezó a observar que el nitroxilo tenía vida propia. Se sospecha que está involucrado en un montón de funciones que antes se le atribuían a otros compuestos”, destaca Suárez.
En este sentido, Doctorovich subraya: “Creemos que muchos efectos adjudicados al óxido nítrico están en realidad disfrazados por el efecto fisiológico del nitroxilo. Antes, la gente medía una cosa, pero en realidad estaba actuando otra o la mezcla de las dos. Por eso, hay que revisar un montón de cuestiones”.
El sensor diseñado por los científicos argentinos permitirá verificar anteriores afirmaciones y contestar muchas de las preguntas que durante décadas el evasivo HNO imposibilitó responder. Una de ellas es dónde se elabora esta molécula. “Nuestra teoría es que el propio cuerpo lo produce”, sugiere Doctorovich.
Esta herramienta ayudará a monitorear dónde, cómo, cuándo y cuánto este compuesto actúa en el organismo, y conocer más de lo que ya se sabe. “Hace bastante tiempo que se venía estudiando el óxido nítrico como un vaso dilatador. Cuando se ve el efecto farmacológico del nitroxilo en caso de infarto o isquemia en el corazón, se observan mejores efectos que el óxido nítrico porque mantiene sus ventajas y no produce sus efectos colaterales. Por eso, se lo empieza estudiar como droga para el infarto agudo de miocardio, compara Martí.
De aquí al mundo
Son numerosas las expectativas de que este instrumento colabore en el desarrollo de fármacos preventivos de enfermedades cardiovasculares, la principal causa de muerte en el planeta según la Organización Mundial de la Salud. “Este sensor puede ayudar a salvar vidas. Y eso fue uno de los motivos de seguir esta línea de investigación”, destaca
Suárez, que desarrolló su tesis doctoral en esta temática.
Por ahora, el equipo continúa trabajando en el sensor. Y los 35.000 pesos del Premio Innovar serán destinados a pagar honorarios a integrantes del equipo que trabajaron a pulmón y a reinvertir en futuros prototipos, además de una muy merecida cena para celebrar la distinción.
No han faltado estudios de mercado para evaluar la posibilidad de comercializar el sensor en todo el mundo. “Ahora -señala Marti- queremos convertirlo en un producto que se pueda comprar, si alguien lo quiere usar. Este paso es todo un desafío”.
Finalmente, Doctorovich concluye: “Si bien la idea es comercializarlo, repartiremos un determinado número de estos sensores en el ámbito académico de la Argentina y el mundo para que puedan testearlo. Al poder probarlo en distintos sistemas, podrá haber una especie de explosión de conocimientos de HNO en el ámbito de la química y la biofisiología”.
INNOVAR:
QUÉ ES EL CONCURSO
El Concurso Nacional de Innovaciones, INNOVAR, es organizado por del Programa de Popularización de la Ciencia y la Innovación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. Desde el año 2005 convoca a miles estudiantes universitarios, investigadores, y pequeñas y medianas empresas a que presenten sus desarrollos.
El objetivo del concurso es estimular la transferencia de conocimientos y tecnología, aplicados a productos y/o procesos que mejoren la calidad de vida de la sociedad y promover las innovaciones que diversifiquen la trama productiva del país.
A través de las distintas instancias del concurso, se contribuye a dar visibilidad e impulso a los proyectos presentados y a generar condiciones favorables para la articulación entre diferentes actores que comparten un vínculo con la actividad innovadora, con el fin de estimular la consolidación de un ambiente proclive a la innovación y el emprendedorismo.
Autoridades: Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva: Dr. Lino Barañao, Programa Nacional de Popularización de la Ciencia y la Innovación: Dr. Diego Golombek |
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