Sicko
Un film que pone al descubierto las falencias de la política de saludorteamericana
El cineasta Michael Moore lleva a la pantalla grande los problemas sanitarios que enfrenta la población de los Estados Unidos. En el país más rico del planeta el sistema público de salud ocupa el 37º lugar en las evaluaciones de la Organización Mundial de la Salud.
En Sicko, el documental estrenado el 27 de junio último y que pudo verse en nuestro país a partir del 20 de septiembre, Michael Moore desnuda la realidad del sistema de salud público de los Estados Unidos mediante crónicas por demás elocuentes.
Moore es un cineasta documentalista y escritor estadounidense conocido por su postura progresista y su visión crítica hacia la globalización, las grandes corporaciones, la violencia armada, la invasión a Iraq y las políticas del gobierno de George W. Bush.
En su último trabajo pone el foco en la crítica a la industria farmacéutica y al sistema de salud norteamericanos, llevando sus cámaras a los lugares de los hechos. Hospitales, clínicas, y aseguradoras de salud desfilan ante las cámaras indiscretas que Moore acompaña para acercar los datos de una realidad inquietante. Cerca de 50 millones de norteamericanos no posee cobertura médica y el resto de la población, unos 250 millones cuenta con algún seguro de salud, que el documental de Moore se encarga de mostrar como deficiente y en muchas oportunidades perverso.
El director viaja a Canadá para comparar como funciona el sistema de salud en su vecino más próximo y descubre que la salud es un derecho universal por el cual ningún ciudadano canadiense debe pagar por los servicios prestados. También incursiona en los sistemas de salud de Inglaterra y Francia donde no sólo los pacientes están muy conformes con el servicio recibido sino que los médicos son empleados estatales que perciben remuneraciones acordes con un estilo de vida de lo más confortable.
Moore se atreve a más y viaja junto a algunos pacientes norteamericanos sin cobertura médica a Cuba donde encuentra una cálida bienvenida y una atención médica completa y gratuita. Y bromea diciendo "así nos tratan quienes el gobierno norteamericano nos dice que son nuestros enemigos"
El film logra un innegable efecto demagógico. Sin embargo, las estadísticas que exhibe exponen diferencias abismales entre la cobertura del sistema de salud de los Estados Unidos y la de otros países. Según una evaluación hecha por la OMS el sistema de salud norteamericano se ubica en la posición 37 , muy por debajo de Francia (1º), Italia (2º), España (7º), y el Reino Unido (18º) aunque dos niveles por encima de Cuba (39º). El mejor resultado en América Latina es el de Colombia (22º). Luego están Chile (33º) y Costa Rica (36º), lejos de México (61º), de la Argentina (75º) y de Brasil (125º).
En una conferencia de prensa Moore señaló: "En mi país hemos permitido que, en algún momento, la avaricia y la codicia se metiera de lleno en la salud, y se transformara en negocio. ¡Por Dios estamos hablando de salvar vidas humana!". El título de la película remite a un vocablo de la jerga cotidiana de los Estados Unidos que sintetiza dos palabras, sick (enfermo) y psycho (psicópata) y que traducido significaría "mal de la cabeza".
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