Subprograma de Fluoración de las aguas
La Cámara de Diputados bonaerense declaró de interés provincial el acuerdo que FABA firmó con la Federación Odontológica
Ambas entidades profesionales se han comprometido a prestar colaboración en el proyecto “Fluoración de Aguas” en el ámbito de la provincia de Buenos Aires. El acuerdo entre FOPBA (Federación Odontológica de la provincia de Buenos Aires) y FABA contempla el desarrollo de un trabajo conjunto de relevamiento de la concentración de flúor, arsénico, plomo, y mercurio en agua de consumo.
La Honorable Cámara de Diputados bonaerense resolvió declarar de Interés Legislativo el Subprograma: “Fluoración de las Aguas de la Provincia de Buenos Aires”, dependiente del Programa de Promoción y Atención Primaria de la Salud Bucal: “Juntos por una Boca Sana”; que lleva a cabo el Departamento de Educación para la Salud de la FOPBA y el acuerdo entre las instituciones federadas.
Los bioquímicos ratificaron su compromiso con las necesidades sociales de la provincia de Buenos Aires. Según las federaciones profesionales, promover una cultura asistencial interdisciplinaria es una herramienta clave para responder a los desafíos prestacionales. Por ello, FABA acordó con la Federación Odontológica bonaerense la ejecución de este subprograma “Fluoración de las aguas” que depende del Programa “Juntos por una Boca Sana de FOPBA”
En la carta de intención interinstitucional, las partes se comprometen a prestar colaboración en el proyecto a los efectos de relevar la concentración de ión flúor entre otros minerales como requerimiento básico para la ejecución de los programas propuestos.
Fluoración del agua potable
La utilización de los fluoruros en la prevención y control de la caries dental ha sido durante mucho tiempo la base sobre la que se ha desarrollado la odontología preventiva.
Desde la odontología comunitaria, la fluoración del agua de bebida continúa hoy siendo la forma más eficaz, eficiente y de mayor equidad frente a ella. Aunque existen otras medidas preventivas como higiene bucal, el control de la dieta y los selladores de fosas y fisuras, son los fluoruros los que han demostrado ser más eficientes para prevenir y detener el inicio y progresión de la caries dental.
Su impacto ha sido beneficioso en los últimos 35 años en los países industrializados y desarrollados.
La fluoración del agua potable se introdujo como una medida de salud pública para prevenir la caries dental a mediados de la década de los 40, cuando se determinó que la concentración óptima de flúor en el agua potable era de 1 ppm o sea 1 mg/l.
La dosis 1 ppm, es el nivel ideal que la hace eficaz en el control de la caries, que causa mínima fluorosis dentaria y que no causa daños ni riesgos en términos de salud pública.
Actualmente se aceptan concentraciones entre 0,7 y 1,2 ppm de flúor dependiendo de la temperatura media ambiental que determina la cantidad de agua que se consume.
Los compuestos más utilizados en la fluoración del agua potable son: el Fluosilicato de sodio, el Ácido fluosilícico, el Fluoruro de calcio, y el Fluoruro de sodio, siendo los dos primeros los más usados, eficaces y económicos.
El procedimiento se lleva a cabo por sistemas dosificadores conectados a los abastos de agua que se complementa mediante un sistema de control de la concentración adecuada, en la planta de fluoración y en la terminal que sale de la canilla.
Debe ser continuo, regular y monitoreado periódicamente para alcanzar los beneficios, que se calcula en una reducción de la caries dental hasta un 60% en 10 años.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), la recomienda como la medida más económica, segura y eficaz, para la prevención y control de la caries dental.
En países desarrollados, su efectividad ha disminuido en los últimos años debido al amplio uso de las pastas dentales fluoradas. Pero en países en vías de desarrollo, con alta prevalencia de caries dental, bajo nivel de prevención (higiene bucal, dieta, control periódico) y con ausencia o discontinuidad de programas de salud pública dental, sigue siendo efectiva.
Los beneficios del agua fluorada llega también a los adultos mayores que incrementan su riesgo a la caries radicular. La prevalencia de caries en este grupo es inversamente proporcional a la concentración de flúor en el agua potable.
Es una medida de gran equidad ya que beneficia a todas las personas sin distinción de edad reduciendo las desigualdades de salud derivadas del nivel socioeconómico.
Es la medida de elección en comunidades de alta prevalencia e incidencia de caries, incluso asumiendo el riesgo de cierto grado de fluorosis.
Mecanismo de acción
El diente que se forma en presencia de fluoruros forma un cristal más puro, la fluorapatita, pero hoy sabemos que ésta es tan soluble como la hidroxiapatita ante un ataque ácido.
En la acción sistémica, lo mejor de los fluoruros lo da su acción tópica. Porque la presencia de fluoruros en la cavidad bucal es necesaria para equilibrar el proceso de desmineralización- remineralización (DES-RE), que se produce cuando el pH de la saliva disminuye a niveles críticos, menor a 5,5.
Cuando el flúor está presente en la cavidad bucal, sólo habrá disolución de minerales del esmalte, cuando el pH baja a menos de 4,5. La remineralización que ocurre después de la desmineralización en presencia de flúor, es la respuesta de cierta cantidad de fosfatos de calcio y flúor que reprecipitan sobre la superficie dentaria desmineralizada.
Este es el mecanismo más importante del flúor para el control de la caries y es por ello que su acción es más terapéutica que preventiva.
Todo individuo a cualquiera edad, puede desarrollar caries dental, algunos con más susceptibilidad que otros.Los más susceptibles van a necesitar mayor cantidad de fluoruros para garantizar la presencia constante en la cavidad bucal y participar del proceso de DES-RE.
Con la fluoración del agua potable los fluoruros ingeridos son reciclados mediante las secreciones de las glándulas salivales y el exudado gingival, afectando la tasa de progresión de las lesiones de caries.La acción cariostática de los fluoruros se relaciona con su efecto directo sobre la superficie del diente (efecto tópico).
Existe una alta pervalencia de caries y enfermedad periodontal acompañada de baja demanda de atención espontánea en la población de la Provincia de Buenos Aires.
Gran parte de la misma, no accede a los fluoruros en el cepillado por razones socioeconómicas y culturales y por políticas de salud bucal parciales y fragmentadas.
Surge entonces la fluoración de las aguas de consumo como la medida preventiva más segura, efectiva y de gran equidad ya que beneficia a todos los individuos sin distinción de edad reduciendo las desigualdades de salud derivadas del nivel socio-económico.
En cuanto a su eficiencia, se considera como una de las medidas de salud pública costo-efectiva, incluso en situaciones en que la caries ha disminuido cuando se la compara con los gastos que genera el tratamiento de la patología.
Es la medida de elección de comunidades de alta prevalencia de caries dental.
La provincia de Buenos Aires presenta grandes extensiones con escasa concentración de ión flúor en el agua de consumo, siendo notablemente bajo en el conurbano donde la densidad poblacional es alta y donde se halla gran parte de la población con grandes necesidades.
Nuestro país cuenta desde 1975 con la Ley 21.172 sobre Fluoración y Desfluoración de las Aguas de Abasto, con implementación irregular en algunas provincias.
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