Distrito I
Dr. Ricardo Angel García
Su fallecimiento
El 8 de abril pasado recibimos con profundo dolor la pérdida irreparable de un colega entrañable.
Un luchador nato. Un ejemplo de dirigente, que supo jugarse entero por todos nosotros, cada vez que alguien atentaba contra el bienestar de nuestros laboratorios.
Directivo con mayúsculas de nuestro Distrito, de la Federación Bioquímica, de FEPUBA. Profesional hospitalario que supo de epopeyas para que no cerraran las fuentes de trabajo ni dejaran sin atención a los ciudadanos de la región que tanto necesitan de sus servicios.
Deseamos enviar nuestras condolencias a todos sus afectos y pedir una vez más a todos los colegas, que lo recordemos siguiendo sus pasos, tratando de encontrar en sus huellas, el sentido de todas nuestras luchas.
Adiós Ricardo
Madrugada del domingo de Pascuas.
Un desenlace imprevisto y las noticias que viajan a todos los puntos del país.
Para los que estuvimos junto a él en los últimos momentos, fue un golpe inesperado, un mensaje imposible de comprender cuando habíamos apreciado su notable mejoría.
Pero tantas veces buscamos explicaciones para situaciones que nos dejan perplejos y nos enojamos cuando tomamos conciencia de la gravedad y de nuestra impotencia.
Eso sentimos todos los colegas que compartimos sus vivencias y que volvíamos ese domingo hacia La Plata para reencontrarnos con un amigo.
Un amigo de luchas, de momentos difíciles, de causas perdidas que en su mente, eran sólo disparadores para seguir en la brecha y no dar nunca un paso atrás. A lo sumo esperar el momento justo, cuando los otros bajaban las defensas o se confiaban, para arremeter con todo hasta alcanzar los objetivos.
Así peleó sin cesar por su querido Hospital Naval...y cuando menos lo pensaban y ya pocos tenían esperanzas, siguió movilizando sus banderas hasta alcanzar la realidad, del hoy Hospital del Dique, que lo tuvo con mucho orgullo como Director, justo premio a su encomiable esfuerzo.
Seis años Presidente de nuestro Distrito, donde tuvo que tomar decisiones difíciles y producir muchos cambios. Tuvo la grandeza de ponerse límites a sí mismo, fijando como máximo tres períodos presidenciales consecutivos, para que nadie se eternice en el poder y diera lugar a los nuevos dirigentes.
Así lo valoramos, los que nos iniciamos durante su presidencia y disfrutamos siendo guiados por su cordialidad y comprensión. Además, si hay alguien que merece los laureles por las obras de construcción de nuestra sede actual, su mantenimiento y mejoras...ese alguien seguro es Ricardo.
Y su paso por FABA...montado a caballo de sus convicciones enfilaba sin reparos contra los que se oponían de manera salvaje a todos los reclamos de nuestra región. Fueron jornadas duras, con posturas a veces demasiado principistas, pero de frente, con exceso de franqueza, que muchas veces intentó romper estructuras que nada tenían que ver con el bien común que todos anhelábamos.
Hasta último momento siguió participando en FEPUBA, defendiendo como siempre los ideales de los bioquímicos, junto a las Federaciones de los otros profesionales universitarios de la Provincia de Buenos Aires.
¿Cómo agradecerte todo lo que nos aportaste Ricardo?
Quizás debamos recordar siempre tu frase preferida que te pintaba de cuerpo entero: “LA ÚNICA LUCHA QUE SE PIERDE ES LA QUE SE ABANDONA”
O quizás entre todos los que la seguimos peleando en Nuestro querido Distrito, sin distinciones, debamos sostener algunas de tus banderas para que todos tus esfuerzos no hayan sido en vano.
No te llevaste nada, querido Ricardo. Todo, todo lo dejaste entre nosotros.
Tu mirada, tu sonrisa y ese apoyo fraterno cuando las cosas no parecían venir bien encaminadas.
O tal vez, en esa senda que caminamos juntos, en ese fragor de atardeceres cuando nos oponíamos al ocaso de nuestras fuerzas y seguíamos manteniendo en alto nuestros principios, podamos rescatar los verdaderos sueños que pasaron por tu mente y trataste de hacerlos realidad junto a tus compañeros.
Hay una silla vacía.
Hay una imagen que vuelve y ocupa ese lugar.
Nos dejaste tantas cosas... que todavía permanecen intactas en todos nosotros!
Brindaremos siempre por vos, chocando las copas hasta romperlas, para que todos escuchen en ese estruendo, lo mucho que te seguimos queriendo. Adiós Ricardo.
Gracias por TODO.
Gabriel Di Bastiano
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