Alarmante
consumo de anorexígenos
Informe anual de drogas de la ONU: preocupación
por la creciente disponibilidad de estimulantes
La Argentina es el segundo país
del mundo con la mayor tasa de consumo de anorexígenos en
el mundo. Por delante, sólo se ubica Brasil.
El dato figura en el informe anual 2006 de la Junta Internacional
de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) -que es el ente
encargado de vigilar la aplicación de los tratados de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la fiscalización
de drogas-, que fue dado a conocer en todo el mundo.
Los anorexígenos son estimulantes que suprimen el apetito
o la sensación de hambre, y se utilizan contra la obesidad.
Según el informe, su consumo puede crear dependencia y, como
estimulan el sistema nervioso central, su uso indiscriminado puede
producir graves efectos nocivos.
"En nuestro país hay un consumo abusivo de anorexígenos
por negligencia, desesperación y desinformación. Y,
además, lamentablemente, la mezcla de anorexígenos
con ansiolíticos [tranquilizantes], laxantes o diuréticos
es muy común", informó Raquel Méndez,
jefa del Departamento de Psicotrópicos y Estupefacientes
de la Administración Nacional de Medicamentos y Tecnología
Médica (Anmat), que presentó el informe de la JIFE
junto a José Ramón Granero, titular de la Secretaría
de Programación para la Prevención de la Drogadicción
y Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), y Carola Lew,
coordinadora regional de Proyectos del Cono Sur de la ONU.
Según el informe, el 1,18 por ciento de los argentinos consume
a diario anorexígenos, lo que equivale a unas 400.000 personas.
"La sobredosis de estos estimulantes podría resultar
muy peligrosa y derivar en estados de pánico, depresión
respiratoria, convulsiones, coma y muerte. He aquí por qué
esas drogas tiene que ser recetadas por un médico que haya
estudiado minuciosamente los riesgos y los beneficios para el paciente",
advierte el informe, que recomienda a la autoridades gubernamentales
competentes estudiar la posibilidad de establecer medidas de control
más estrictas respecto de la formulación y prescripción
de preparados médicos que contengan estas sustancias.
"En épocas previas al verano, hay una marcada tendencia
en el consumo de anorexígenos, que la gente mezcla con ansiolíticos,
porque unos quitan el hambre y los otros disminuyen la ansiedad",
agregó Méndez, para quien la sociedad argentina "es
una sociedad de consumo muy marcada, con un deber ser y un deber
parecer muy fuerte, que debería revertirse".
Granero, en tanto, indicó que en 2001 y en 2002, a raíz
de la crisis, el consumo de psicotrópicos de todo tipo aumentó
muchísimo y, si bien a partir de 2003 hubo un descenso considerable
en el consumo de éstas sustancias, actualmente representan
la cuarta droga más consumida en el país.
"En el escalafón de consumo de drogas primero está
el alcohol, luego el tabaco, después la marihuana y en cuarto
lugar los psicotrópicos. Y dentro de éstos, primero
vienen los tranquilizantes y luego los estimulantes", precisó
Granero, y recordó que en mayo de 2006 la JIFE había
realizado en el país una auditoría porque estaba preocupada
por la gran cantidad de psicotrópicos que se vendían
en la Argentina sin receta.
Uso indebido de remedios
En su informe, la JIFE informa que los casos mortales de sobredosis
de medicamentos de venta con receta en el mundo están aumentando,
y advierte que el uso indebido y el tráfico de ese tipo de
medicamentos habrá de superar el del abuso de drogas ilícitas.
Es más, según la JIFE, en algunos países, como
Estados Unidos, el abuso de medicamentos de venta con receta ya
ha sobrepasado el de las drogas ilícitas tradicionales como
la heroína y la cocaína. Por otra parte, sostiene
que viene a agravar el citado riesgo "la tendencia de los consumidores
de drogas a crear sus propias formulaciones". Y más
adelante, agrega que el creciente uso de Internet como mercado de
drogas a escala mundial ha contribuido aún más a la
propagación del abuso de medicamentos.
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