Un test para el diagnóstico más preciso del cáncer de próstata

N Engl J Med 2025;392:1406-1417 DOI: 10.1056/NEJMoa2407934

Se trata de un análisis genético de puntuación de riesgo poligénico realizado en muestras de saliva que mejoraría la detección de tumores de próstata clínicamente relevantes.

El estudio BARCODE1, publicado recientemente en The New England Journal of Medicine por expertos del Instituto de Investigación del Cáncer de Londres y The Royal Marsden NHS Foundation Trust, también del Reino Unido, propone una alternativa diagnóstica basada en la genética: la puntuación de riesgo poligénico. Esto significa la estimación de la amenaza que enfrenta una persona de desarrollar una enfermedad —en este caso, cáncer de próstata— a partir de la presencia acumulativa de múltiples variantes genéticas comunes, denominadas polimorfismos de un solo nucleótido (SNP).

Estas variantes, individualmente, tienen un efecto modesto sobre el riesgo, pero en conjunto pueden ofrecer una evaluación más precisa de la posibilidad de contraer la enfermedad. A diferencia de las mutaciones hereditarias raras, como las de los genes BRCA1 o BRCA2, la puntuación de riesgo poligénico incorpora decenas o cientos de SNP identificados en estudios de asociación genómica (GWAS).

Para los especialistas, la genética es más eficiente para detectar el cáncer de próstata que el test de sangre del PSA y la resonancia magnética.

Los hallazgos del estudio demuestran que el análisis de múltiples polimorfismos —SNP o SNIPS— permite identificar con precisión casos clínicamente importantes que las herramientas tradicionales no detectan. Más del 70% de los cánceres significativos que eran los que tenían un Gleason Score [NdeR: las puntuaciones más altas indican una forma más agresiva de cáncer de próstata] de siete o más no habrían sido detectados por PSA ni por resonancia”, señalan los especialistas.

Estudio BARCODE1

El estudio BARCODE1 se diseñó como un ensayo prospectivo de un solo grupo, conducido en 69 centros de atención primaria del Reino Unido, para evaluar si esta puntuación puede utilizarse como herramienta de estratificación inicial para orientar un cribado más eficiente. Dicho de otro modo, se buscó saber si un análisis genético puede ayudar a decidir mejor quiénes deberían hacerse pruebas para detectar el tumor. El rango etario de los pacientes seleccionados estuvo conformada por varones de entre 55 y 69 años, sin antecedentes personales de cáncer de próstata y con ascendencia europea.

Tras la recolección de las muestras de saliva, se calcularon puntuaciones de riesgo poligénico con base en 130 variantes genéticas previamente asociadas con un aumento del riesgo de cáncer prostático. A los participantes ubicados en el percentil 90 o superior —es decir, en el 10% con mayor carga genética de riesgo— se les ofreció un protocolo de cribado que incluía una resonancia magnética multiparamétrica y una biopsia transperineal, independientemente de sus niveles de PSA.

El puntaje de riesgo poligénico se obtiene al calcular el peso acumulado de múltiples variantes genéticas, muchas de las cuales están involucradas en funciones clave del desarrollo tumoral, como la reparación del ADN (genes BRCA1, BRCA2 y ATM), el crecimiento celular (MSMB) y la regulación hormonal (respuesta a los andrógenos). Este enfoque se basa en el ADN, no cambia con la edad, solo se necesita una muestra de saliva y los resultados sirven de por vida.

De acuerdo con el trabajo, entre los 6.393 participantes del estudio, 745 presentaron puntuaciones en el decil superior y fueron derivados a estudios diagnósticos. Se detectó cáncer de próstata en el 40% de quienes se sometieron a la resonancia y la biopsia, y más de la mitad de esos tumores (55,1%) eran clínicamente significativos.

Puntuación de Gleason

La puntuación de Gleason igual o superior a 7 —indicativa de riesgo intermedio o alto según los criterios de la National Comprehensive Cancer Network (NCCN) — se convirtió en el criterio para definir la necesidad de tratamiento.

Los datos del estudio mostraron que el 71,8% de los casos clínicamente relevantes habrían pasado desapercibidos si se hubiesen aplicado solo los criterios tradicionales de PSA elevado y hallazgos positivos en la resonancia magnética.

Este hallazgo respalda el valor del riesgo poligénico como una herramienta para personalizar la frecuencia y la intensidad de los controles urológicos.

Los datos sobre el riesgo absoluto a 10 años también respaldan el uso de esta herramienta genética como complemento útil en la estratificación inicial. Este riesgo representa la probabilidad de desarrollar cáncer de próstata en los próximos diez años.

En el estudio BARCODE1, casi todos los participantes en el decil superior del riesgo poligénico superaban el umbral del 3,8%. Ese valor es considerado óptimo porque seleccionar a personas por encima de ese nivel para programas de cribado permite maximizar la cantidad de años de vida ganados ajustados por calidad y evita estudios innecesarios en quienes tienen un riesgo bajo.

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