Científicos europeos trabajan en una vacuna contra la adicción
a la cocaína
El tema central de un encuentro realizado
en Estrasburgo fue una medicación que neutralizaría
el efecto de esa sustancia impidiéndole llegar al cerebro.
Ya se discute si debería usarse sólo como cura o también
como prevención.

Tendencias
En una reunión realizada en Estrasburgo, científicos
de 35 países europeos definieron sus estrategias en la lucha
contra las drogas y sus "nuevos desafíos". Decidieron
lanzar un banco de datos en Internet para compartir
y actualizarse sobre las investigaciones que se están realizando,
y trabajan
con el objetivo máximo de desarrollar una vacuna que cure
o prevenga la adicción a la cocaína y otras sustancias.
Los expertos que más avanzados están en esta búsqueda
son los del Reino Unido. Apuntan a que la vacuna neutralice la acción
de la cocaína impidiendo que llegue al cerebro, por medio
de una molécula que se asocie a otra que
es liberada por la droga. Antídotos contra el efecto de otras
sustancias están
en etapas de desarrollo más avanzadas. Según Richard
Muscat, profesor de neurociencia comportamental en la Universidad
de Malta, en 2007 debería entrar en etapa de pruebas una
vacuna contra la nicotina.
Muscat es, además, coordinador de la plataforma de investigación
del "Grupo Pompidou", una asociación de países
de Europa que trabaja en cooperación en busca de soluciones
contra el problema de las drogas. Según cifras del Observatorio
Europeo de Drogas y Toxicomanías, unos 3,5 millones de adultos
consumieron droga en el último año en ese continente,
lo que representa
una preocupante escalada en el consumo.
A pesar de que representa un avance en la lucha contra la drogadicción,
la vacuna también genera cuestionamientos desde el punto
de vista ético. Algunos sostienen que la vacuna debe aplicarse
sólo para el tratamiento
de desintoxicación de los dependientes, en tanto que desde
otro sector
se defiende la idea más radical de aplicar la vacuna a "todo
el mundo",
como tarea preventiva.
Muscat dijo también que, según algunos estudios, las
personas en cuyo cerebro una sustancia llamada dopamina no funciona
bien tienen tendencia
a ser dependientes a las drogas. Eso permitiría, a largo
plazo, identificar
a estas personas e incluso someter a todos los niños a un
examen para conocer su predisposición genética a las
drogas. Quienes se oponen a
estas ideas creen que esto tendría como resultado una estigmatización
de los niños. Seguramente, muchas de las discusiones científicas
del futuro tendrán como eje estas cuestiones.
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