Importante avance en la comprensión del Sida
Científicos de la Universidad de Harvard identificaron más de 250 proteínas del huésped que el VIH necesita para propagarse. Mediante un screening genómico funcional, los investigadores lograron un descubrimiento crucial para plantear nuevas estrategias terapéuticas
El virus HIV-1 puede producir tan sólo 15 proteínas, de modo que para completar su ciclo vital y poder propagarse hace uso de múltiples proteínas del huésped. Es por ello que un equipo de investigadores de la Universidad de Harvard realizó un análisis genético de interferencia de ARN en gran escala mediante el cual lograron silenciar genes selectivamente para poder identificar los factores del huésped requeridos por el virus. De ese modo pudieron identificar más de 250 proteínas que participaban en un conjunto de funciones celulares y que están implicadas en nuevas vías del ciclo vital del virus. El estudio recientemente publicado en la revista Science reveló los roles, hasta el momento desconocidos, de las proteínas Rab6 y Vps53 de transporte de Golgi retrógrado en el ingreso del virus a la célula, el de la carioferina (TNPO3) en la integración viral, y la del complejo mediador, Med28, en la transcripción viral.
Análisis transcripcionales mostraron que los genes que codifican los factores proteicos requeridos por el virus estaban enriquecidos por una sobre expresión en las células inmunes, lo que sugiere que los virus evolucionan en las células huésped que realizan las funciones necesarias por su ciclo vital.
Hasta el momento se conocían sólo 36 proteínas humanas que el virus de la inmunodeficiencia humana utiliza para ingresar en las células, interferir en su funcionamiento y comenzar a reproducirse.
Este hallazgo, que los especialistas calificaron como uno de los más importantes de la década, genera nuevas hipótesis que deberán ser comprobadas.
El estudio estuvo dirigido por el genetista Stephen Elledge, del Centro de Genética y Genómica del Howard Huges Medical Institute de la Universidad de Harvard, pero fue un trabajo conjunto con otras especialidades de la misma universidad.
El equipo de científicos utilizó una biblioteca de miles de ARN cortos de interferencia, mediante los cuales lograron suprimir la capacidad de las células de producir una proteína determinada. Una vez eliminada la posibilidad de producción proteica de unas 21.000 muestras celulares se las cultivó y más tarde infectó con el virus del Sida.
Si el VIH no lograba reproducirse en las células manipuladas genéticamente, eso indicaba que la proteína faltante era crucial para la propagación de la enfermedad.
Sin lugar a dudas, este descubrimiento abre las puertas a nuevas estrategias terapéuticas.
Según el doctor Elledge, la ventaja de orientar los tratamientos a las proteínas humanas es que el VIH quizá no podría mutar para evitar la acción de los fármacos que lo bloquean. Por ahora, las cepas del virus desarrollan resistencia a los antiretrovirales, drogas que atacan las 15 proteínas que produce el virus entre ellas las transcriptasa y la proteasa. Las mutaciones hacen que los pacientes con sida tengan que cambiar los regímenes farmacológicos y no siempre con buenos resultados.
La desventaja es que bloquear las proteínas humanas podría ser fatal para los seres humanos. El mecanismo debería ser igual al de la terapia contra el cáncer que funciona inhibiendo las proteínas que necesitan las células tumorales sin dañar demasiadas células sanas.
El método utilizado por los científicos americanos, conocido como ARN corto de interferencia o Sirna, por sus siglas en inglés, es ampliamente utilizado en muchos laboratorios. En efecto resultó muy eficaz para investigar la dependencia de algunos patógenos tal como VIH de ciertas proteínas humanas y por ende identificar potenciales blancos para la terapia. |
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