Seis de cada diez argentinos padecen trastornos digestivos
Un estudio desarrollado por la Organización Mundial de Gastroenterología (OMG) reveló que en la Argentina, en promedio, al menos seis de cada diez personas padecen trastornos digestivos, como “tránsito lento, indigestión, pesadez, acidez o hinchazón”.
De acuerdo con los datos, presentados por la Sociedad Argentina de Gastroenterología (SAGE), miembro de la OMG, esos trastornos digestivos afectan al 62 por ciento de los argentinos, pero en el caso de las mujeres, el índice asciende al 71 por ciento, mientras que la media mundial es del 55 por ciento.
“Desde la SAGE queremos contribuir a la concientización acerca de la importancia de la salud digestiva. Las manifestaciones más frecuentes como tránsito lento, pesadez, hinchazón, diarrea o acidez repercuten en la calidad de vida y generan malestares. Son condiciones prevenibles y absolutamente tratables si las personas adoptan dietas más sanas y realizan consultas con los especialistas”, aseveró Ricardo Mastai, presidente de la Sociedad Argentina de Gastroenterología.
La entidad presentó los datos de un relevamiento internacional epidemiológico acerca de la prevalencia de trastornos y enfermedades digestivas, llevado a cabo a través de la recolección de información estadística provista por 142 sociedades científicas de gastroenterología de diferentes países, incluida la SAGE por Argentina.
Según los especialistas, los trastornos digestivos están asociados con incomodidad, incapacidad, conflictos en el seno familiar, altos costos para el sistema de salud, además de ausentismo laboral e incapacidad de realizar otras actividades productivas.
En tanto, se informó que sólo en Europa, entre 40 y 80 millones de personas se ven afectadas por desórdenes digestivos, mientras que en los Estados Unidos, el 13 por ciento del total de internaciones se produce por este tipo de afecciones.
“Los trastornos digestivos funcionales son alteraciones predominantemente del funcionamiento gastrointestinal en ausencia de lesión o de daño estructural. Esto quiere decir sin enfermedad orgánica demostrable. Tienen una altísima frecuencia y prevalencia en la población”, afirmó a su vez Juan De Paula, médico gastroenterólogo y ex presidente de la SAGE.
El especialista agregó: “Habitualmente, la intensidad de los síntomas depende en mayor o menor medida del estrés emocional. Es importante promover conductas y hábitos que tiendan a mejorar el estilo de vida, tales como mantener una buena alimentación baja en grasas saturadas, pobre en hidratos de carbono (azúcares) y rica en fibras vegetales”.
“También hay que asegurar un tiempo para el esparcimiento, promover la resolución de las dificultades emocionales y realizar ejercicio físico sistemático. Estas son acciones útiles para el manejo de este tipo de trastornos”, afirmó De Paula.
De acuerdo con lo señalado por los médicos, los productos lácteos que contienen fermentos probióticos con beneficios demostrados sobre la salud digestiva son sumamente importantes en la alimentación”, ya que contribuyen a la función intestinal en general, pero además mejoran condiciones como el tránsito lento, la gastroenteritis, la diarrea o el síndrome de intestino irritable.
Se trata de alimentos que contienen una elevada cantidad de microorganismos vivos con acciones benéficas sobre el organismo.
“Estudios científicos serios han evidenciado que determinados probióticos tienen impacto terapéutico, particularmente en algunos trastornos funcionales.
Todo parece indicar que en la mayoría de las situaciones el uso de probióticos mejora el ecosistema bacteriano y las defensas inmunológicas del intestino”, explicó De Paula.
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